Fiacro Sopeña, en la memoria de los tekuanis de Xoxocotla.
Por Óscar Cortés Palma
Don Fiacro Sopeña Cristóbal fue famoso en Xoxocotla
por su particular forma de interpretar la música de los tecuanes, el junto con
otras y otros actores antiguos y de hoy en día han ayudado a que esta
manifestación cultural continúe brindando emoción a los habitantes surianos en
sus ferias patronales.
Fiacro
Sopeña Cristóbal
nació
en el año de 1930 en Xoxocotla y falleció hace unos días a los 86 años de edad,
desde muy chico participó en la danza teatral de los tekuanis (tekuanes)
bailando de “Zopilote”, "Risueño", de "viejo rastrero", y
de Jaguar.
Al igual que él, participaban
espontáneamente actores improvisados de los diferentes sectores de la comunidad
de Xoxocotla que se preparaban con atuendos de fabricación casera para salir a
escenificar una de las tradiciones más emblemáticas de la comarca suriana, la
danza-teatro de los tecuanes.
Fiacro
Sopeña Cristóbal
nos
relató que la primera ocasión que tocó la música de los tecuanes con el tambor
y la flauta tenía como catorce años y estaba disfrazado de jaguar y el pitero,
estaba Tlahuanqui, palabra náhuatl
que significa borracho, así que lo remplazó y comenzó a tocar desde la salida
del pueblo hasta entrar a la iglesia.
Y la
gente preguntaba, ¿Quién era el que estaba tocando? ya que como Fiacro Sopeña Cristóbal
aún
estaba disfrazado de Jaguar, no se le podía ver el rostro.
Y
desde entonces Fiacro Sopeña Cristóbal, tocó sesenta y ocho años
interpretando las melodías de los tecuanes, al morir su anciano tío Emiliano
Sopeña, Fiacro, joven de 17 años se hiso cargo de continuar la tradición.
Fiacro
Sopeña Cristóbal
aprendió a tocar los sones de esta representación tradicional, que interpretaba
su tío Don Emiliano Sopeña, quien años antes había aprendido la música al
escuchar tocar a Pablo Carpio, quien a su vez aprendió al escuchar tocar a
Ramón Sorela años después de la revolución mexicana, es decir la tradición de
los tecuanes de Xoxocotla provino del poblado vecino de Tetelpa, según nos
contaron Fiacro Sopeña y Santiago Sierra.
Por
eso los tecuanes de ambos pueblos, Tetelpa y Xoxocotla, se parecen en los
parlamentos en náhuatl que aún conservan, en cambio se diferencian en la
cantidad de personajes que participan y en el tipo de vestuario.
Fiacro
Sopeña nos comentó que durante la mayor
parte de su vida trabajó de obrero para una compañía dedicada a tapar baches de
la carretera Alpuyeca - Cuernavaca.
Desafortunadamente
se quedó ciego a los 50 años de edad y desilusionado ya no quiso saber nada de
la vida ni seguir tocando pero sus
amigos los tekuanis de Xoxocotla lo animaron ya que sus conocimientos sobre la música,
los diálogos y la coreografía de los personajes eran necesarios para conservar
esta tradición comunitaria.
Así
que emulando a la mitológica Ave
Fénix que resurgiera de sus
cenizas, Fiacro Sopeña Cristóbal decidió
volver a tocar, animado por sus compañeros los tecuanes, quienes lo llevan
a donde se va a realizar esta danza teatral para que toque y posteriormente finalizada la representación lo van a dejar
de regreso a su casa.
Fiacro Sopeña y su grupo de tekuanis fueron a
bailar a más de dos docenas de poblados de los que destacan Chalma, Villa de
Guadalupe, Tepalcingo y Cuernavaca.
Fiacro
siempre mencionaba que hasta el final de sus días iba a seguir tocando y así lo
hizo, y aunque en sus últimos años estuvo pobre y ciego, aun así no se desanimó
y continuaba tocando la música de los tecuanes con su tambor y su flauta en las
festividades de su comunidad Xoxocotla, San Felipe del 1 al 3 de mayo y la
virgen de la Natividad el 8 de septiembre en las festividades.
libro DE LOS TECUANES
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©Texto: Óscar Cortés Palma.
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