sábado, 13 de agosto de 2016

 El fin del mundo y los tecuanes

Por Óscar Cortés Palma 


En el pasado los tecuanes (jaguares, fieras) también estuvieron vinculados con la destrucción del mundo. Por ejemplo  cuando fue descubierto el comúnmente llamado “Calendario Azteca” el 17 de diciembre de 1790. Uno de los estudiosos de la época llamado Antonio de León y Gama, quien presenció dicho descubrimiento,  escribió  un ensayo titulado: “Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México, se hallaron en ella el año de 1790”. En este ensayo  se citó una famosa leyenda mexica de la creación que dice así:

“Origen del sol según los mexicanos: El sol murió cuatro veces y hubo cuatro soles siendo el quinto sol el que alumbra hoy en día, el primer Sol duró 676 años al fin de los cuales fue destruida la humanidad al faltarles las semillas y los alimentos, y  también fueron  devorados  por los tigres o TECUANES y otros animales feroces; tardó la destrucción de este sol quince años”.

Otras variantes sobre esta leyenda agregan que esa era se llamaba Nahui ocelotl (Cuatro Jaguar) y que fue destruida por un ser mitológico llamado Tezcatlipoca transformado en tekuan – nahual y por los tecuanes (jaguares).






Apoyados en esta cita de Antonio de León y Gama podemos darnos cuenta que para los habitantes de la ciudad de México del año de 1790 la palabra “tecuanes” no era ajena a su vocabulario puesto que definían con esta palabra a los tigres, pero como en el continente americano no había tigres, lo más probable es que se refirieran a los Jaguares.

Si comparamos la leyenda anterior sobre la creación del mundo con otra leyenda que se cuenta actualmente en el pueblo de Zitlala que narra como un ser mitológico llamado Tlaloc, durante un tiempo se negó a dar las semillas y  la lluvia a la humanidad por haber olvidado el tonalpohualli (conteo del tiempo). Observamos que ambas leyendas aunque están ubicadas a más de doscientos kilómetros de distancia, una en la ciudad de México y otra en Zitlala, se parecen. Ya que en ambas  leyendas las semillas tienen mucha importancia para la vida y también en ambas leyendas  el destino del a humanidad está fuertemente alterado por los jaguares- nahuales.

Pero también, estas leyendas nos permiten darnos cuenta de la importancia de los tecuanes-nahuales. En la primer leyenda los nahuales – tecuanes devoraron a los humanos cuando fue destruido el mundo por primera vez. En la segunda leyenda los tecuanes – nahuales arriesgan su vida para que los humanos tengan lluvia y semillas para sembrar y alimentarse.

Otro ejemplo, sobre la creencia de los antiguos pobladores en los tecuanes – nahuales es la historia de Martín Ocelotl (jaguar). Esta persona fue juzgada por la inquisición en el año de 1537 acusada de hacer creer a los nativos que era un nagual poderoso, es decir que era una persona sobrenatural  con el poder de transformarse en jaguar, puma  y demás fieras feroces, predecir lluvias, provocar sequías, entre otros conocimientos y poderes.


Las dos  leyendas anteriormente citadas y el juicio a Martín Ocelotl (jaguar) nos evidencian la importancia que han tenido los tecuanes –nahuales  en la cosmovisión de algunos pueblos nativos de estas tierras. En donde los tecuanes (jaguares) no solo son los nahuales de la lluvia, sino que también han sido poderosos aliados de seres mitológicos para destruir  o salvar a la humanidad y cómo podemos notar, en los tres casos siempre están relacionadas las palabras: tecuanes, nahuales,  lluvias, Tlaloc, Tezcatlipoca, creación y destrucción.

©Texto: Óscar Cortés Palma


Libro de los tecuanes
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