jueves, 21 de junio de 2018

La epidemia de viruela de Axochiapan en el año 1930

La epidemia de viruela de Axochiapan en el año 1930 

Por Óscar Cortés Palma



Foto Archivo: Jesús Zavaleta Castro

En el año 1930 no había Kiosco. La plaza Leandro Valle tenía de piso de tierra. Susano Galván amenizaba un evento con su banda de viento, el candidato a gobernador Vicente Estrada, adherido al Partido Nacional Revolucionario, andaba en campaña.



En aquella época, todavía unas personas andaban armadas por las calles, acababa de pasar la revolución, las calles eran peligrosas por los intranscendentes pleitos callejeros y tiroteos. 

Teporochos y alcohólicos en las calles, mechones de zacate y manojos de acahuales en los campos. La gente hablaban nahuañol (náhuatl mezclado con español), otros hablaban español o náhuatl.

Cuando caían aguaceros, se formaban charcos repletos de tolocates amontonados. Había tres ceibas grandes, una en cada parroquia y otra en el centro. Las casas eran de horcones, tejas y zacate, las cercas de chinamitl y los tecorrales de piedra. 

Los vestidos de las mujeres cubrían hasta los tobillos. Los hombres vestían pantalón y camisa de manga larga, ambos de manta blanca y huaraches.


Ese año hubo otra epidemia de viruela, la viruela, enfermedad traída por españoles hace 300 años, continuaba causando estragos en la población.

En los años 1924-1930, la viruela provocó más de 400 fallecidos en el distrito al que correspondía Axochiapan.


Las enfermeras hablaban de los beneficios de vacunarse contra la viruela a la población.

Gabriel Vivas, por esos años estaba instalando dos molinos de arroz, uno por el campo deportivo y otro por la barranca tochatlaco, Andrés Romero y Silvestre Sanabria ambos poseían las tiendas más surtidas de la región, en donde se podía comprar de todo.

En el centro del pueblo se encontraban congregados los comercios de más prestigio, y las familias acaudaladas. En las orillas vivían las clases menos pudientes: jornaleros, macheteros, campesinos y obreros. Con sus sencillas casas con cercas de chinamitl, bardas de tecorrales y animales domésticos.

No había <<pilastra>>, columna cónica con una lámpara de petróleo utilizada para alumbrar la plaza cívica que existió durante un par de décadas  193? -195?. Cuando la demolieron.


No había autobuses. Para ir a la feria de Tepalcingo se viajaba por tren a la estación pastor de Atotonilco, de allí se caminaba.

El tren del Ferrocarril pasaba por Axochiapan á la 1 y 2 p. m., en la Estación de dicho pueblo, y por Tepalcingo en la Estación 'Pastor,'' á las 12 m. y 3 p. m. 

Algunas personas se iba en burros, caballos o caminando a la feria de Tepalcingo. No había televisión, internet, uno que otro tenía radio. 


Apenas se iba a instalar el cine matiné de Axochiapan, a dónde irían los exalumnos de la maestra María Cariño a ver películas de espanto.

Los jóvenes organizaban bailes en el jacalón entechado con tejas. Para refrescarse, tomaban limonadas en botellas de vidrio, se emborrachaban con mezcal de Mitepec y  “apilhuazco”, una marca de aguardiente de la época producido en Jonacatepec. No había agua potable ni luz.




Texto: Óscar Cortés Palma
WhatsApp: 7351824631

Email:cami17_4@hotmail.com
Extracto del libro <<Tecuanina viaja por el tiempo por la historia de Axochiapan>>
Casa de Cultura Tecuanes org., civil.

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