Representantes Cultura de mi pueblo:
Mientras danzaba aprendió a tocar los sones de la Danza, que interpretaba su tío Don Emiliano Sopeña, quien años antes había aprendido la música al escuchar tocar a Don Pablo Carpio, quien a su vez aprendió al escuchar tocar a Ramón Sorela años después de la revolución, es decir la Danza de los Tecuanes de Xoxocotla provino del poblado vecino de Tetelpa, según nos contaron Don Fiacro Sopeña y Don Santiago Sierra.
Por eso las danzas de los dos pueblos se parecen en los parlamentos en náhuatl que aun conservan, en cambio se diferencian en la cantidad de personajes que participan y en el tipo de vestuario.
Y desde entonces Don Fiacro Sopeña, lleva 68 años interpretando las melodías, al morir su anciano tío Don Emiliano Sopeña, Fiacro, joven de 17 años se haría cargo de continuar la tradición de la cual desconoce su significado porque no le dio tiempo preguntarle a su tio, por lo que solo realiza la Danza de los Tecuanes por costumbre.
El nos comenta que durante la mayor parte de su vida trabajó de obrero para una institución dedicada a tapar baches en la carretera a Cuernavaca.
Don Eliseo Ocampo Sandoval, alias el "oso", de 82 años de edad, pitero de Axochiapan, nació en 1930. Don Elíseo Ocampo quería ser pitero de niño por eso elaboró un tamborcito de cartón, al ver esto, su padre sintió compasión y lo ayudó a elaborar su tambor.
En esos años la Danza del Tecuan estaba en crisis y casi desaparecía, por lo que fue necesario traer maestros y músicos de otros pueblos para que enseñaran los pasos y los "diálogos" de la danza.
El pitero que enseñaba la Danza del Tecuan a los pobladores de Atlacahualoya, Calmamec y Axochiapan se llamaba Faustino pero en una ocasión dejó de venir y posteriormente murió, pero dejó discípulos.
En el poblado de Atlacahualoya aprendió su hijo Luis pero como ya está muy mayor de edad ya no continua tocando, por eso actualmente los sones de la Danza de Tecuan de Atlacahualoya son interpretados por piteros axochiapenses, que tocan obviamente sones axochiapenses.
En el poblado de Calmeca se perdió la danza.
Y en el poblado de Axochiapan aprendió los sones Eliseo Ocampo, apodado el "Oso". Pero como era un niño de tan solo 10 años de edad, y no hablaba náhuatl, no comprendió los diálogos que decían los personajes, que además ya estaban muy mayores.
Uno de esos danzantes mayores que conocía los diálogos era Víctor Mozo Jacinto, quien antes de la Revolución Mexicana ya bailaba de tecuan y ensayaban en la casa de Juan Daniel “alias Juan Chona”, como nos comentó su hijo Arturo Mozo Chino.
Eliseo Ocampo, nos relató que su carrera musical empezó cuando faltó el Pitero Faustino de Atlacahualoya, así que sus hermanos mayores fueron a solicitarle a su papá que le diera permiso a su hermano para que tocara la música de la danza.
Sin embargo, no a todos los Párrocos de la Iglesia les agradaba esa danza, fue con la intercesión de su tío Narciso cuando por fin se aceptó que los teuanes bailaran en el atrio.
Después de esto se dio un relevo generacional, Eliseo Ocampo, modificó los sones y la coreografía, en sus propias palabras, la hizo más dinámica, un par de años después surgió otro pitero llamado Pedro Navarro, y así fueron proliferando más piteros hasta sumar cerca de dos decenas, también fueron proliferando los grupos de tecuanes hasta llegar a ser quince.
Eliseo Ocampo Sandoval reformó las melodías y la coreografía y actualmente el nos comenta que ya la danza la bailan como el la diseñó. Antes bailaban encadenados, pero decidió cambiarlas por cruzados. Antes se vestían como un conjunto de catrines chaquetudos, tenían diálogos en náhuatl en la que relataban una historia como la “Danza de los Vaqueros”, bailaban únicamente hombres, y todos los danzantes tenían un nombre.
Pero reformó la danza, así que un año los tecuanes se disfrazaban de toreros, al año siguiente de carboneros, etc.
Eliseo Ocampo nos comentò una anécdota de cuando tenía 20 años de edad y lo visitó Don Eliseo B. Aragón, nahuatlato y promotor cultural, de unos 70 años, acompañado de algunas personas.
Eliseo B. Aragón le dijo:
-Tócanos los sones antiguos de la danza de los tecuanes para grabar un disco y también acompáñanos a Cuernavaca-.
A lo que Eliseo Ocampo respondió:
-No conozco las piezas antiguas, yo toco lo nuevo no lo antiguo-
Los dos Eliseos, estuvieron de acuerdo en que las danzas se van transformando con el tiempo.
Las reformas de Eliseo Ocampo explicaría por qué esta danza otorga bastantes libertades coreográficas a sus participantes, quienes se pueden disfrazar desde porristas, huentle, XV años, bufones, desfiles, etc. no obstante los pobladores se esfuerzan para recuperar a los personajes originales, que son los viejos cazadores.
El crecimiento exponencial de grupos y músicos de danzantes en Axochiapan puede explicarse por los "concursos" de danzantes de la década de los 80 y en donde los galardonados recibían Guajolotes, trofeos y estandartes.
Para finalizar, este pitero, igual que los demás piteros de Morelos, organizan la danza por gusto porque en general todos viven en situación de pobreza, la mayoría no sabe leer ni escribir, y se dedican a actividades agropecuarias, aunque las nuevas generaciones de piteros tienen características diferentes, como nos comentó Eliseo Ocampo “los tecuanes de Axochiapan nunca se van a acabar”.
© 2015 Óscar Cortés Palma
Fiacro Sopeña, El Ave Féniz
Por Óscar Cortés Palma
Fiacro Sopeña cumplirá 83 años de edad en agosto ya que nació en el año de 1930 en Xoxocotla, desde muy chico participó en la danza de los tecuanes bailando de “Zopilote”, "Risueño", de "viejo rastrero", y de Jaguar.
Mientras danzaba aprendió a tocar los sones de la Danza, que interpretaba su tío Don Emiliano Sopeña, quien años antes había aprendido la música al escuchar tocar a Don Pablo Carpio, quien a su vez aprendió al escuchar tocar a Ramón Sorela años después de la revolución, es decir la Danza de los Tecuanes de Xoxocotla provino del poblado vecino de Tetelpa, según nos contaron Don Fiacro Sopeña y Don Santiago Sierra.
Por eso las danzas de los dos pueblos se parecen en los parlamentos en náhuatl que aun conservan, en cambio se diferencian en la cantidad de personajes que participan y en el tipo de vestuario.
Don Fiacro Sopeña recuerda que la primera ocasión que tocó tenía como 14 años y estaba bailando de Jaguar y el pitero, estaba Tlahuanqui, palabra náhuatl que significa borracho, así que lo sustituyó y comenzó a tocar desde la salida del pueblo hasta entrar a la iglesia.
Y la gente preguntaba, ¿Quién era el que estaba tocando? ya que como Fiacro Sopeña aun estaba disfrazado de Jaguar, no se le podía ver el rostro.
Y desde entonces Don Fiacro Sopeña, lleva 68 años interpretando las melodías, al morir su anciano tío Don Emiliano Sopeña, Fiacro, joven de 17 años se haría cargo de continuar la tradición de la cual desconoce su significado porque no le dio tiempo preguntarle a su tio, por lo que solo realiza la Danza de los Tecuanes por costumbre.
El nos comenta que durante la mayor parte de su vida trabajó de obrero para una institución dedicada a tapar baches en la carretera a Cuernavaca.
Desafortunadamente se quedó ciego a los 50 años de edad y desilusionado ya no quiso seguir tocando pero sus amigos los danzantes lo animaron ya que sus conocimientos sobre la música , los diálogos y la coreografía de los personajes eran necesarios para conservar esta tradición comunitaria.
Así que emulando al la mitológica Ave Fénix que resurgiera de sus cenizas, Fiacro Sopeña decidió continuar tocando, animado por sus compañeros los danzantes, quienes lo llevan a donde se va a danzar para que toque y posteriormente finalizado el acto lo van a dejar de regreso a su casa.
Don Fiacro Sopeña y su danza han ido a bailar a más de dos docenas de poblados de los que destacan Chalma, Villa de Guadalupe, Tepalcingo y Cuernavaca.
Don Fiacro nos menciona que mientras pueda va a seguir tocando y que ensayan durante un mes previo a cada una de las dos fiestas del pueblo.
Actualmente Don Fiacro Sopeña está pobre y ciego, pero aún así continua tocando la música con su tambor y su flauta en las Festividades de su comunidad, San Felipe del 1 al 3 de mayo y la virgen de la Natividad el 8 de septiembre en las festividades.
Xoxocotla es el único poblado de los que hasta ahora he visitado en donde esta prohibido grabar y fotografiar a los Tecuanes porque nos comentan que los fuereños se benefician de lo que graban pero sin beneficiar a la comunidad, de todas maneras les compartimos algunas que pudimos tomar.
Copyright© 20013 Óscar Cortés Palma Lic. en Historia UNAM e Investigador de la Danza del Tecuan de Morelos y de la historia del poblado de Axochiapan. Email axochiapancultural@hotmail.com; cami17_4@hotmail.com
Personajes Ilustres de Cultura Axochiapan. Eliseo Ocampo Sandoval. El Reformador
Personajes Ilustres de la Cultura Axochiapan. Eliseo Ocampo Sandoval. El Reformador
Por Óscar Cortés Palma
Don Eliseo Ocampo Sandoval, alias el "oso", de 82 años de edad, pitero de Axochiapan, nació en 1930. Don Elíseo Ocampo quería ser pitero de niño por eso elaboró un tamborcito de cartón, al ver esto, su padre sintió compasión y lo ayudó a elaborar su tambor.
En esos años la Danza del Tecuan estaba en crisis y casi desaparecía, por lo que fue necesario traer maestros y músicos de otros pueblos para que enseñaran los pasos y los "diálogos" de la danza.
El pitero que enseñaba la Danza del Tecuan a los pobladores de Atlacahualoya, Calmamec y Axochiapan se llamaba Faustino pero en una ocasión dejó de venir y posteriormente murió, pero dejó discípulos.
En el poblado de Atlacahualoya aprendió su hijo Luis pero como ya está muy mayor de edad ya no continua tocando, por eso actualmente los sones de la Danza de Tecuan de Atlacahualoya son interpretados por piteros axochiapenses, que tocan obviamente sones axochiapenses.
En el poblado de Calmeca se perdió la danza.
Y en el poblado de Axochiapan aprendió los sones Eliseo Ocampo, apodado el "Oso". Pero como era un niño de tan solo 10 años de edad, y no hablaba náhuatl, no comprendió los diálogos que decían los personajes, que además ya estaban muy mayores.
Uno de esos danzantes mayores que conocía los diálogos era Víctor Mozo Jacinto, quien antes de la Revolución Mexicana ya bailaba de tecuan y ensayaban en la casa de Juan Daniel “alias Juan Chona”, como nos comentó su hijo Arturo Mozo Chino.
Sin embargo, no a todos los Párrocos de la Iglesia les agradaba esa danza, fue con la intercesión de su tío Narciso cuando por fin se aceptó que los teuanes bailaran en el atrio.
Después de esto se dio un relevo generacional, Eliseo Ocampo, modificó los sones y la coreografía, en sus propias palabras, la hizo más dinámica, un par de años después surgió otro pitero llamado Pedro Navarro, y así fueron proliferando más piteros hasta sumar cerca de dos decenas, también fueron proliferando los grupos de tecuanes hasta llegar a ser quince.
Pero reformó la danza, así que un año los tecuanes se disfrazaban de toreros, al año siguiente de carboneros, etc.
Eliseo Ocampo nos comentò una anécdota de cuando tenía 20 años de edad y lo visitó Don Eliseo B. Aragón, nahuatlato y promotor cultural, de unos 70 años, acompañado de algunas personas.
Eliseo B. Aragón le dijo:
-Tócanos los sones antiguos de la danza de los tecuanes para grabar un disco y también acompáñanos a Cuernavaca-.
A lo que Eliseo Ocampo respondió:
-No conozco las piezas antiguas, yo toco lo nuevo no lo antiguo-
Los dos Eliseos, estuvieron de acuerdo en que las danzas se van transformando con el tiempo.
Las reformas de Eliseo Ocampo explicaría por qué esta danza otorga bastantes libertades coreográficas a sus participantes, quienes se pueden disfrazar desde porristas, huentle, XV años, bufones, desfiles, etc. no obstante los pobladores se esfuerzan para recuperar a los personajes originales, que son los viejos cazadores.
El crecimiento exponencial de grupos y músicos de danzantes en Axochiapan puede explicarse por los "concursos" de danzantes de la década de los 80 y en donde los galardonados recibían Guajolotes, trofeos y estandartes.
Para finalizar, este pitero, igual que los demás piteros de Morelos, organizan la danza por gusto porque en general todos viven en situación de pobreza, la mayoría no sabe leer ni escribir, y se dedican a actividades agropecuarias, aunque las nuevas generaciones de piteros tienen características diferentes, como nos comentó Eliseo Ocampo “los tecuanes de Axochiapan nunca se van a acabar”.
© 2015 Óscar Cortés Palma
LIBRO DE LA DANZA DE LOS TECUANES
Información obtenida del libro DANZA DE LOS TECUANES.
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cami17_4@hotmail.com; o www.facebook.com/OscarCortesPalma
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