El cura zapatista de Axochiapan
Por Óscar Cortés Palma
Ya designado Zapata como
General en Jolalpan, los revolucionarios caminaron bajo la luz de la luna
pasaron por Tlaucingo continuaron para Teotlalco, andaban buscando armas,
machetes, caballos y más gente. Después, de unas horas de camino llegaron a
Axochiapan, era la noche del 25 de marzo de 1911, en Axochiapan todos eran
partidarios de la Revolución; por eso el pueblo les dio una buena acogida, las
campanas de la iglesia repicaban, los cohetones tronaban en el oscuro cielo, la
banda de música repetía sus melodías y todo estaba cubierto de griterío.
-¡VIVA LA REVOLUCIÓN!-
gritaba la gente -¡VIVA!-
Al llegar al centro del
pueblo los recibió el Presidente Municipal y estuvieron platicando un rato,
hasta que los interrumpió un niño.
Señor general, me mandó el
señor cura para que vaya a verlo por favor.
¿Y para qué me quiere el
señor cura?
No sé, nada más me dijo que
le dijera eso.
Al terminar de platicar con
el presidente municipal. Zapata fue a ver al Cura, quien lo esperaba en la
entrada de la Parroquia San Pablo Apóstol, allí el cura lo recibió cordialmente
y le dijo.
-Señor general, la causa por lo que lo mandé a llamar es para decirle que yo simpatizo con la Revolución, porque he visto los sufrimientos de los humildes y libertarlos es una obra humanitaria, digna de enaltecimiento, y tengo la certeza de que triunfará la revolución porque es sacrosanta.
-Señor general, la causa por lo que lo mandé a llamar es para decirle que yo simpatizo con la Revolución, porque he visto los sufrimientos de los humildes y libertarlos es una obra humanitaria, digna de enaltecimiento, y tengo la certeza de que triunfará la revolución porque es sacrosanta.
Zapata emocionado le
respondió:
Yo he leído algo de
historia, señor Cura, y sé que toda esta tierra de México era de nuestros
antepasados. Por eso queremos recuperarlas porque las necesitamos para sembrar
nuestras milpas.
El cura condujo, entonces, a Zapata al corral de la parroquia, en donde le mostró un soberbio caballo retinto de magnífica estampa. Y enseguida continuó diciéndole:
El cura condujo, entonces, a Zapata al corral de la parroquia, en donde le mostró un soberbio caballo retinto de magnífica estampa. Y enseguida continuó diciéndole:
-General, quiero contribuir
con el triunfo de la Revolución por eso le ruego a usted que acepte que le
regale mi caballo.-
Zapata estaba sorprendido
pues no se esperaba encontrar un Cura tan liberal y con ideas tan avanzadas.
Los dos continuaron conversando y es muy probable que el Cura de Axochiapan
haya influido en Zapata con sus ideas de libertad y Justicia.
A la mañana siguiente,
cuando estaba por salir el Sol, los zapatistas levantaron su campamento en
Axochiapan y se dirigieron hacia los cerros del sur. Zapata iba montando el
hermoso caballo retinto que le regaló el cura.
Y sobre el Cura Prisciliano
Espíritu, lo que les puedo contar es que al transcurrir dos años, exactamente
el 18 de noviembre de 1913, fue apresado junto a otras 26 personas. A todas las
acusarían de ser cómplices de los zapatistas que incendiaron los cañales de la
Hacienda de San Ignacio (que hoy se llama Marcelino Rodríguez).
© Óscar Cortés Palma Lic. en Historia UNAM e Investigador de la Danza del Tecuan de Morelos y de la historia del poblado de Axochiapan. Email axochiapancultural@hotmail.com; cami17_4@hotmail.com; Facebook: https://www.facebook.com/danzadelostecuanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario