Por Óscar Cortés Palma
En el año 1950 no había Kiosco ni mercado ni manteados. Las calles del pueblo tenían mechones de zacate y manojos de acahuales.
Cuando caían aguaceros, se formaban charcos repletos de tolocates amontonados. Había tres ceibas grandes, una en cada parroquia y otra en el centro, casas de horcones, tejas y zacate, las cercas de chinamitl y tecorrales de piedra. Las mujeres, con vestidos hasta los tobillos, y los hombres con pantalón de manta blanca, gabán que se ponían cuando hacía frio y huaraches de gallo, las enfermeras hablaban de los beneficios de vacunarse contra la viruela.
Había dos molinos de arroz, uno por el campo deportivo y otro por la barranca tochatlaco, Había dos tiendas, en donde se podía comprar de todo.
En el centro se encontraban congregados los comercios de más prestigio de la comunidad así como también sus acaudalados propietarios, los más ricos de la población. En las orillas se encontraban los campesinos, jornaleros, obreros y otras clases económicamente menos pudientes. Con sus sencillas casas con cercas de chinamitl, bardas de tecorrales y animales domésticos.
Uno que otro tenía radio. Había un cine matiné en Axochiapan para ver películas de espanto, había muchos niños, eran los alumnos de la maestra María Cariño.
Los jóvenes organizaban bailes en el jacalón entechado con tejas. Para refrescarse, tomaban limonadas en botellas de vidrio, se emborrachaban con mezcal de Mitepec. No había agua potable ni luz.
Había autobuses a Cuatla, la carretera era de terracería, o viajaban por tren, de allí caminaban, o en burros o caballos.
Casa de Cultura Tecuanes org., civil
Texto: Óscar Cortés Palma
Correo:cami17_4@hotmail.com; oscarcortespalma@gmail.com
facebook.com/oscarcortespalma
twitter: @oscarcortespalm
No hay comentarios:
Publicar un comentario