El puente del tren y los sabotajes zapatistas
Por Óscar Cortés Palma
En la estación del tren, las pochtecas
vendían con su chiquigüite, tacos de arroz con rajas y huevo.
Después de asumir la jefatura de su grupo en Jolalpan[1]. Emiliano Zapata y los
rebeldes se posicionaron en el sur oriente de Morelos. Deambulaban por las haciendas de Tenango y santa Clara, Axochiapan, Tetelilla, Tepexco, Tlayca,
Jonacatepec, Chietla, Atencingo, Izucar de Matamoros[2],
Jolalpan[3]. Destruyeron el Puente que
une el sur de Morelos y Puebla, y pernoctaron en Tzicatlán[4].
El río del Amatzinac fue escenario de sabotajes
zapatistas durante la revolución mexicana. Los zapatistas se armaron de una decena de
combates y escaramuzas en el río del muerto[5],
y en la barranca del pajarito, de 1912 a 1916[6].
El importante puente del muerto unía los estados de
Puebla y Morelos fue dañado varias veces[7]. Fue
reparado por las tropas del gobierno para reanudar el tráfico en la región y
favorecer los movimientos militares[8].
Como mencionó el periódico, El Diario:
El tráfico de Jojutla a Puebla está
interrumpido en Axochiapan, pues el único punto en donde la vía del tren
interoceánico ha sufrido graves averías por los zapatistas, es a unos tres
kilómetros al sur de la estación de Axochiapan, en donde quedó destruido el
importante puente del muerto, desde hace muchas semanas. Para reconstruir este
puente se necesitaría cuatros días si trabajan cuarenta hombres, pudiéndose
hacerlo en menos tiempo si se emplean más brazos[9].
En el periódico El País, Antonio Dávalos Cortina criticaban el
comportamiento irresoluto de las autoridades[10]:
"¿Cuándo comenzará la campaña
enérgica? Todos nos preguntamos. [...] Desde hace tres días Emiliano Zapata se
acercó al puente del muerto, donde hay una guarnición federal, y no hubo
combate. Es tesis general que a los bandoleros se les guarda todo género de
miramientos; y ciertamente no es ya la dulzura la que cabe emplear en las
presentes circunstancias. Repetiré en esta ocasión la frase de lerdo de Tejada:
"Ahora o nunca". Si el señor general Díaz pudo mantener a la nación en
orden, fue debido a medidas muy enérgicas.
Había rebeldes en las cercanías de ese distrito, además del puente,
quemaron la estación de tren en Chietla cerca de Atencingo[11]. En
cuanto la estación del ferrocarril de Axochiapan logró reanudar su comunicación
telegráfica, se solicitó a Cuautla un tren militar con soldados porque se
libraba un fuerte combate en san Miguel Ixtlilco. Más al sur, el periódico El
Diario informó[12]:
"Hace muchas semanas que los hombres
del "tuerto" Morales ocupan la región de Axochiapan a Atencingo,
quedando por tal motivo suspendido el tráfico del ferrocarril interoceánico
entre aquellos lugares, pues los bandoleros cometen innumerables depredaciones
y varias veces han arrancado los rieles de la extensión que abarca el famoso
"puente del muerto" la estructura de más importancia del ferrocarril
interoceánico y escena de innumerables asaltos a los trenes.
[...] los federales han enviado refuerzos
para los destacamentos de aquellos parajes, los cuales han hecho numerosas
exploraciones en busca del enemigo. [...] una de las columnas [...] topó con
los zapatistas en gran fuerza, en dicho pueblo (san Miguel Ixtlilco), que es
una de sus madrigueras más famosas y de suma importancia estratégica por su
situación entre Axochiapan, Estado de Morelos y Tepalcingo (Atencingo), Estado
de Puebla.
Los vecinos de las cercanas poblaciones de
Teotlalco y Zicatlán (especialmente este último) son zapatistas y proporcionan
toda clase de ayuda a los bandoleros.
Ante la situación, el general gobiernista Robles envió tropas
delante de los obreros para despejar el camino, y restaurar el servicio de
trenes. Había destacamentos de soldados resguardanto la línea férrea para
asegurarla contra nuevos perjuicios. Y ocurrió un terrible combate en el puente[13]
como mencionó el periódico El imparcial:
En ese lugar existía un puente que hace
algunos meses destruyeron los zapatistas, y cuya reconstrucción no se había
ordenado por temor de que fuera nuevamente destruido; pero en vista de que en
estos momentos hay gestiones de paz cerca de los rebeldes, se creyó oportuna la
reconstrucción del puente, y se dispuso que varios operarios acompañados de
cien hombres los batallones 20o y 34o fuesen a emprender los trabajo.
Cuando las cuadrillas de reparación llegaron
al punto indicado, vieron que más de mil jinetes estaban en ese sitio en
actitud agresiva; pero ninguno de los federales hizo fuego pues llevaban
instrucciones terminantes del Cuartel General de no disparar ni un sólo
cartucho precisamente porque como he dicho antes hay actualmente arreglos de
paz con los hombres de Zapata.
Pero los jinetes, que por lo visto no
entienden de negociaciones, dispararon sobre los trabajadores y obligaron a los
cien soldados a responder el fuego, trabándose un combate de cuatro horas que
resultó con la muerte de ocho zapatistas y de un federal. Los rebeldes huyeron,
dejando en el campo varios heridos.
Este encuentro impidió en lo absoluto las
reparaciones proyectadas, y el Puente del Muerto ha quedado en el mismo estado
de destrucción, por lo que el tráfico de Puebla a Matamoros sólo se hace hasta
Atencingo.
El puente de Puebla y Morelos permanecía en una condición de
ruinas. La brigadas de reparación se había asustado por las amenazas zapatistas
para que no continuaran trabajando[14].
Cuando al fin fue reparado el puente[15], las
columnas de la tropa federal del general Gaudencio de la Llave abordaron los
trenes en Atencingo y marcharon en persecución de los zapatistas[16].
Fallaba la comunicación con Cuautla, no se comunicaban
a tiempo, cuando llegaban al río ya habían escapado los guerrilleros. Una columna
de ciento cincuenta federales, por sorpresa, alcanzó a 200 zapatistas en el
puente, los derrotaron. Quedaron en el campo de combate quince zapatistas y dos
federales fueron heridos de gravedad[17]. En
tanto el general gobiernista Javier Rojas acampaba en Atencingo, de allí viajó
a la ciudad de Puebla a presumir un fuerte contingente de tropas que ascendía a
cerca de cuatro cientos hombres[18].
Parecía que el gobierno golpista de Victoriano Huerta apoyado por EUA ganaría,
sin embargo al año siguiente perdió la guerra.
Conmemoración
del Centésimo Aniversario Luctuoso de Zapata en Axochiapan’ (1919-2019)
Casa de Cultura Tecuanes organización civil
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Texto: Óscar Cortés Palma
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