*LA GUERRA DE CASTAS DE TEPALCINGO. AÑO 1853*
Por Óscar Cortés Palma
El 5 de abril de 1853 estalló un tumulto en el pueblo de
Tepalcingo que cimbró el Estado de México (en esa época no existía el Estado de
Morelos).
A las tres de la mañana, una turba enfurecida atentó contra seis
personas líderes de la comunidad de Tepalcingo: el ex alcalde del pueblo: José
Torres, su esposa; el secretario, José María Pliego y otro vecino prominente de
la localidad.
El juez conciliador de Tepalcingo, envío un mensajero a
Jonacatepec, dijo que:
“aún seguían los desórdenes, […] era una conmoción general […]
contra los individuos llamados de razón”.
Al conocer la noticia, el subprefecto, en compañía del jefe
militar de la zona, con cincuenta a caballo y cuarenta de infantería marcharon a
Tepalcingo. Los acompañaba el señor Cura.
Según el testimonio oficial. Cuando los militares se
encontraban a las orillas del pueblo, los pobladores tocaron las campanas con
arrebato, reuniéndose una manifestación popular en el centro del pueblo.
Los soldados dispararon a mansalva una carga contra los
manifestantes, resultando seis caídos y catorce heridos.
Fueron atrapados noventa y un prisioneros que fueron llevados
a Jonacatepec, a disposición del Juez.
El motín de Tepalcingo hizo temer una guerra de castas en la
región. Tal como ocurría en Yucatán desde el año 1847.
El comandante militar Ángel Pérez Palacios, dijo:
“Hay datos de que estos atentados […][son]una continuación que
estallará en diversos puntos y Ud., servirá conocer que este es un principio de
Guerra de castas que a todo trance es necesario contener “.
En ese entonces, el presidente era el dictador Antonio López
de Santa Anna.
Se sospechaban el inicio de una revolución. El comandante
Antonio Pérez Palacios dijo:
“Ha llegado la noticia [..] que los pueblos de Amayuca,
Axochiapan, Atlacahualoya y Chiautla se están preparando para luchar contra los
llamados [personas] de razón […] [se propone] se sirva disponer que en la villa
de Jonacatepec se situé una sección de tropas para impedir la desastrosa guerra
de castas que puede desarrollarse con la mayor violencia en aquellos pueblos,
si no se pone el remedio más oportuno, cómo ha empezado a verificarse en el
pueblo de Tepalcingo”.
Las condiciones eran malas. Las causas del motín de
Tepalcingo fue la lucha por la tierra. Había necesidad de justicia. El fantasma
de la revolución rondó la región una década más. Por lo mientras la situación
permaneció latente.
El comandante militar de Jonacatepec, Francisco Saldívar,
recorrió la zona en conflicto, dijo:
“sigue el pueblo de Tepalcingo quieto y tranquilo, así como
las demás municipalidades del Partido de Jonacatepec. Mañana saldré con este
destacamento acompañando a el señor subprefecto, […], con el fin de que algunos
emigrados que no tuvieron parte de la revolución del día 5 [de abril de 1853]
regresen a sus casas, y perseguir a los cabecillas que motivaron aquellos
atentados. Todo este mencionado partido se conserva pacífico y tranquilo, lo
que pongo a su conocimiento […]”.
NOTA: En ese entonces, la frase “gente de razón” significaba: persona rica, con estilo de vida
holgado y costumbres oligarcas (fueran blancos o no).
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Texto: Óscar Cortés Palma
Crónica del Municipio de
Axochiapan
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