Por Óscar Cortés Palma
Buenaventura Olivares recuerda que hace 60 años, salían a las 3am., de san Marcos Actopan, por el cerro gordo, en burro o caminando y arribaban a las 3pm., a Axochiapan.
Venía con su abuelito Martín Olivares Castillo. Cuando tenía 15 años, ya venían en autobús.
Los jarreros son indígenas nahuas y purépechas. Cada año vienen de:
1. san Marcos Acteopan, Puebla;
2. san Juan Amecá, Puebla y;
3. santa Fe de la Laguna, Municipio de Quiroga, Michoacán.
Más de la mitad de los casi cincuenta puestos son de san Marcos Acteopan.
En san Marcos Acteopan, y san Juan Ameca, casi todo el pueblo se dedica al barro.
Para vender, tienen repartidos sus rumbos y apartados sus puestos. Se dispersan por: Amayuca, Tepalcingo, Tlacotepec, Jonacatepec, Atotonilco, Amecameca, Chalco, Axochiapan, etcétera.
La tradición del tianguis de muertos de Axochiapan se remonta a casi un siglo cuando comenzaron a llegar jarreros nahuas de san Marcos Acteopan. Con sus anafres, jarros, cazuelas, cazuelitas, ollitas, platos, sahumerios, candeleros.
También arriban los purépechas de Michoacán, con jarros diferentes porque los cocen dos veces, los pintan con distintos esmaltes. Antes vendía jarros iguales a los demás pueblos nahuas, con el tiempo los han ido modificando.
JARROS DE MICHOACÁN
Rubén Huacuz, purépecha de santa Fe de la Laguna, Quiroga, Michoacán, lleva cuarenta años colocando su puesto en el mismo lugar.
Ruben Huacuz, vino a los 12 años, ahora tiene 54 años. Su papá Esteban Huacuz comenzó vendiendo en Cuautla, su abuelo también se dedicó al oficio familiar.
A Rubén Huacuz, le tocó ver marranos, guajolotes, burros, y perros callejeros deambulando en las polvorientas calles del centro, en ese entonces eran terracerías.
Gabriela Domínguez, purépecha del mismo pueblo, asentado a orillas del Rio Pátzcuaro, recuerda que de niña, la traía su abuelito, Francisco Domínguez. Su abuelito venía hasta Axochiapan a vender desde hace 80 años. Después vendió su papá.
A Gabriela, le encantaba venir de niña porque tuvo amigas en Axochiapan. Se iban a bañar a una casita de la barranca de los Ahuehuetes (en esos años, había un nacimiento de agua).
Gabriela Domínguez, tiene 45 años, lleva 35 años viniendo a Axochiapan.
Ambos, mencionaron que, en Santa Fe de la Laguna, vive María Salud Ramírez Caballero, anciana de más de 105 años, inspiradora de la abuelita de la película “Coco” de pixar.
Toda la región purépecha alrededor del lago de Pátzcuaro, está llena de pueblos de artesanos, como once pueblos.
Los artesanos de Michoacán, transportaban la mercancía en ferrocarril hasta cerca de Cuernavaca. La acomodan en cajas, para que no se quebraran y se perdiera la ganancia. No había autobuses, nomás una salía de México a Axochiapan.
ELABORACIÓN DE LOS JARROS
En san Juan Amecá y san Marcos Acteopan compran la tierra en Tepanco o Ahuatelco.
La gente de san Juan Ameca y san Bartolo, extraen la tierra de las minas, la secan, la muelen. La venden por bultos.
Alrededor de los jarros, gira la economía de esas comunidades indígenas. El bulto de arcilla de 20 kilos cuesta 40 pesitos.
Cada familia tiene en su casa un horno, moldes, tablas. Elaboran los jarros, los cocen, entre más cocido, aguantan más. Los pintan, esmaltan, venden, los guardan en la bodega. En dónde pueden durar décadas. Unos han trabajado el barro toda la vida.
POCHTECAS (COMERCIANTES ERRANTES)
Se quedan a dormir en la calle, cuidando sus puestos, compran comidas de 40 pesos el plato.
Austraberta Cuéllar tiene 20 años viniendo. Olga Pavón, lleva menos tiempo, más su abuela Plácida Hidalgo, su mamá Austraberta Cuéllar, y su hija Itzel Varas Pavón, se dedican al oficio familiar. No hay más trabajo.
Siempre vienen. Cuándo fue el sismo de Axochiapan también vinieron.
SANTA FE DE LA LAGUNA, QUIROGA, MICHOACAN
Santa fe de la laguna, es una comunidad indígena regida por usos y costumbres. Localizada en el Municipio de Quiroga, lugar turístico. Cerca de una carretera internacional que va a Tijuana, Guadalajara, Etcétera.
Gabriela Domínguez recuerda que su papá enviaba la loza en ferrocarril desde quince días antes. Calculaban el tiempo, y salían en autobús, transbordando. Después rentaba una camioneta y llegaban a Axochiapan.
Hoy, viajan en autobús con su esposo, tardan 14 horas a Axochiapan.
Venden cazuelas, jarras para el agua, vasos, azucareras, tazas para café, tarros micheleros, jarritos miniaturas, candeleros, sahumerios, etcétera.
El día de muertos se vende mucho el jarro, el plato para los tamales, ollas nuevas para hacer mole para la ofrenda, el jarrón para las flores.
Por último, se apela a la conciencia cívica de la ciudadanía de Axochiapan, a disfrutar la tradición con responsabilidad. Acatando las medidas de la contingencia sanitaria por el COVID 19.
Es necesario guardar la sana distancia y lavarse las manos para disfrutar el tianguis de jarritos de barro de Axochiapan.
Leer más historias en: http://axochiapancultural.blogspot.com
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