La cerita y la estructura comunitaria de la feria de
Axochiapan
Por Óscar Cortés Palma
Después de tanto viajar a través del tiempo, Tecuani,
Ayotli y la maestra Cariño fueron a la feria de la aldea del año 2018. Era una
tradición enraizada de los pueblerinos celebrar una gran fiesta comunal al
santo patrono durante el mes de enero. Las calles nocturnas se inundaban de
procesiones con la luminiscencia de veintenas de cirios decorados. A eso de la
media noche, como si fueran fantasmas, se escuchaba el repique de las campanas,
las procesiones oscuras iban entrando a la parroquia adornada con arcos de
flores de cucharilla.
Primero, iba la alegría de la banda de música; los tambores
y las chirimías, los danzantes llenos de vida daban pisotones en el suelo al
bailar, una fiesta de sombras errantes: chinelos, aztecas, vaqueritos, contradanzas,
zopilotes y tecuanes danzaban como espectros. Luego, echaban a andar personas,
formadas en dos filas paralelas, cargando entre sus brazos grandes cirios
decorados encendidos sobre el negro fondo de la noche estrellada.
Atrás, rodeados de estandartes y mujeres con canastos con
flores, caminaba la mayordoma con la imagen del santo entre sus brazos. En la
sombra, sin la luminiscencia de los cirios, se escuchaban nostálgicos y
melancólicos cantos y susurros:
– ¡Tú eres el Dios de los pobres, el Dios humano y
sencillo! –.
Más atrás, iban sonriendo coheteros molenques mientras
lanzaban estruendosos cohetones al sombrío, callado y constelado cielo
estrellado. Todo esto se veía todas las noches inmensas del 8 al 26 de enero.
Esto se hacía porque san Pablo no podía ver y con los cirios lo ayudaban a
guiarse en la oscuridad. La estructura de esta fiesta comunal era:
1. Las veintiocho mayordomías
Humberto y Esteban Palma, migrantes en EUA fueron
mayordomos en tres años. Cada vez costearon la elaboración de cien cirios
adornados para la procesión nocturna de sus casas a la parroquia. A la mañana
siguiente, ofrecían una comilona a cientos de personas. También financiaron
otros gastos menores como cohetones, quema de toritos pirotécnicos, les tocó
cooperar para la quema de juegos pirotécnicos y donaron un estandarte de san
Pablo.
–Ser mayordomo de los estandartes implica un
inconmensurable gasto. Por eso cada año van cambiando. No estamos solos, las
mayordomías recibimos la ayuda de:
2. Las veintiocho hermandades
Conocidas como representantes o dibutados, auxiliaban con
trabajo físico voluntario y en ocasiones monetarios a la mayordoma en turno.
Ayudaban y asesoraban desde un año antes a las nuevas mayordomas o mayordomos.
Chelo Cortés era dibutado de la hermandad del 21 de enero.
3. Los quince grupos de cereros
Fabricaban centenares de cirios adornados para las ceritas
nocturnas. Con alambres y canastos de carrizo forrados con papel metálico y
flores de cera de múltiples colores. Un artesano cerero conocido era Enrique
Basilio y otro era don pancha.
4. Las quince cuadrillas de tecuanes
Venían bailando y jugando como espectros noctámbulos en las
ceritas, al ritmo de las melodías de la flauta de carrizo y el tambor. Cada
cuadrilla de tecuanes estaba conformada en promedio por 40 jóvenes de 15
barrios y colonias de la ciudad: 1. Allende, 2. Cenizos, 3. Ardillas, 4.
Progreso, 5. Florida, 6. Cuauhtémoc, 7. Carretos, 8. Oficina, 9. Barrio Pobre,
10. Barrio Loco, 11. Chicanos Locos, 12. Regreso de los Veteranos de 1910 (Los
viejitos) 13. Cholos, 14. Malvivientes.
5. Otras danzas
A. Dos grupos de Chinelos,
B. Tres grupos de aztecas,
C. Un grupo de zopilotes
D. Un grupo de contradanzas,
Cada grupo variaba de 20 personas a 60 personas cada uno.
Como eran dieciocho noches de ferias, era muy agotador. Los grupos de danzas se
enfocaban en bailar en el atrio de la parroquia las mañanas de los días 24, 25
y 26 de enero.
6. La parroquia
La fiesta comunal no se explicaba sin la devoción católica.
Las procesiones nocturnas bajo la noche estrellada, con astros tiritando a lo
lejos, arribaban a la parroquia san Pablo, el sacerdote les daba la bienvenida.
Por esa noche, el templo resguardaba los estandartes, la alcancía, las flores y
los cirios escamados. Al día siguiente, bajo los rayos del sol del mediodía,
salían de la misa en procesión un manojo de personas llevando los estandartes,
cirios y demás objetos hasta llegar a la casa del nuevo mayordomo para el
próximo año.
7. El Ayuntamiento en turno. Apoyaba los eventos
artísticos; resguardaba el orden y demás atribuciones de su competencia. 8.
Representaciones tradicionales invitadas de comunidades cercanas. 9. Los
comerciantes y los juegos mecánicos. Ofrecían sus productos y servicios.
10. Grupos de amigas y amigos de la sociedad civil
organizaban torneos deportivos, exposición de fotos, pinturas, música, danza,
teatro y demás actividades artísticas. Como desenlace, la feria patronal tiene
una estructura popular comunal compuesta por miles de habitantes–.
Tomado del libro Tecuani viaje en el tiempo
Texto: Óscar Cortés Palma
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