Texto: Óscar Cortés Palma
Tepalcingo es un pueblo
milenario del valle de la Tlalnahuac, limita con los cerros de Huatla, surcado
al sur por el río Tepalcingo.
Tepalcingo,
(Tecpatzinco) significa: ‘En los pequeños pedernales’ o ‘detrás de los pedernales’. Su escudo tiene
un cuchillo pedernal sobre un cerro y la mitad inferior de una persona.
Antes de
1469 fue sometido al señorío de Moctezuma Ilhuicamina.
Pictografía del códice mendocino de la rendición
de Tepalcingo
Tepalcingo aparece en la lámina número siete de la ‘matrícula de los
tributos’, y en la lámina número 24v del ‘Códice mendocino’, de casi quinientos años de antigüedad.
Cuando llegaron los españoles, encontraron una veta de plata en Tlaucingo,
y las aldeas de la región, entre ellas Tepalcingo, fueron forzadas a aportar
trabajadores para las minas.
Llegaron también los monjes agustinos, iban
rumbo al sur, bautizando nativos y con apoyo del gobierno español, de
empresarios agrícolas y militares instaron a los habitantes a construir
sinagogas en Yecapixtla, Zacualpan de Amilpas, Tlayecac, Jantetelco,
Jonacatepec, Tepalcingo.
En Tepalcingo quizás reverenciaban al
cuchillo pedernal en la antigüedad, por eso fue su santo san Martín con su
espada venciendo al dragón, y después Jesús Nazareno, señor de las tres caídas
con su corona de espinas. Su santuario fue construido en 1780.
La pasión de Tepalcingo
En el
caluroso año de 1732[1]
había gente comunicándose en lengua náhuatl en el tianguis. Celebraban el
tercer viernes de cuaresma con una solemnísima procesión, con tal concurrencia,
que solían padecer de ahogamiento algunas criaturas en la Iglesia. Eran copiosas
las limosnas que se recogían para las misas y ornato de esta santa imagen.
En las ferias de cuaresma del año 1732, los pueblos localizados al sur del
Popocatépetl escenificaban la pasión de Cristo en
lengua náhuatl. Las escenas y el texto de la pasión del domingo de Ramos de
Tepalcingo tenía 35[2] personajes.
Las pasiones
de Cristo fueron escenificadas hasta el siglo XIX en náhuatl. Poco a poco se
olvidó ese idioma, en el siglo XIX la población hablaba náhuatl mixto con
español: el naguañol, idioma en transición. Siglos más tarde sólo hablaban
español. Las ferias de Cuaresma fueron abundantes en la comarca. Actores
improvisados del pueblo escenificaban la pasión de Cristo.
FERIAS DE SEMANA SANTA:
Miércoles de Ceniza, Chalma;
I viernes de Cuaresma: Amecameca;
II viernes: Cuautla;
III viernes: Tepalcingo;
IV viernes: Atlatlahucan, Tlancualpican, Tlayacapan,.
Telixtac;
V viernes: Axochiapan, Mazatepec, Totolapan;
VI viernes, Amecameca;
Martes Santo, Huazulco.
Por citar unas, las más concurridas fueron las de: Chalma y
Tepalcingo. Por casi una semana
Tepalcingo se convertía en el santuario más importante de la región. Se
congregaban decenas de miles de personas de lugares cercanos y lejanos, miles
de compradores, vendedores, peregrinos, carreras de relevos.
– ¿Por qué Tepalcingo en la época calurosa del año, marzo y abril, se
transformaba en un santuario? –.
En Tepalcingo se
celebra el tercer viernes de cuaresma, esto por sí mismo no responde la
pregunta puesto que hay al menos una decena de poblados en la región suriana en
donde celebraban el tercer viernes de Cuaresma. Por ejemplo, Xalpatlahuac, Gro.
Tal vez en Tepalcingo, se hallaba el santuario de la mítica montaña perdida Teocuicani (cantor divino).
Hasta la fecha esa
mítica montaña del Teocuicani está perdida. Pudo o no pudo ser el cerro de
Chalcatzingo, o un cerro de Tetela del Volcán o incluso el Peñón de Jantetelco
o… Tepalcingo aunque estaba más alejado del volcán Popocatépetl tal vez por
ochenta kilómetros.
– ¿Pudo el santuario perdido del Teocuicani estar en Tepalcingo, donde el
gentío continuaba acudiendo? –.
Si omitimos la mención de fray Diego Durán de
la cercanía del Teocuicani al volcán Popocatépetl, donde hasta la fecha no se
han encontrado las suficientes piezas arqueológicas.
Chalma, el cerro
del Tepeyac y Tepalcingo, fueron santuarios religiosos desde antes de que
vinieran los españoles.
Sabemos que en
Chalma y en el cerro del Tepeyac se veneraba a una deidad relacionada con los
guerreros águilas y con Tonantzin, pero de Tepalcingo no sabemos cuál era el
ídolo venerado. ¿Acaso pudiera ser el mítico cerro del Teocuicani? en donde se
veneraba un ídolo de jadeíta, ojalá algún día lo sepamos.
Las primeras parroquias construidas en
Tepalcingo fueron la santa Cruz dirigida por frailes agustinos, le labraron el
sello de su escudo. Y el templo de san Martín, parroquia principal hasta el
siglo XVIII, cuando se construyó el santuario de Jesús Nazareno, de mayores
dimensiones para resguardar al señor de las tres caídas.
Texto: Óscar Cortés Palma
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