⭐⭐⭐ La imagen del santo Patrono de Axochiapan y el año que
se renovó. ⭐⭐⭐
Hace casi
doscientos años, fue necesario restaurar la imagen del santo Patrono.
En esa época no existía ni el Estado de Morelos, ni el Municipio de
Axochiapan. Lo que hoy es el Estado de Morelos pertenecía al Estado de México y
Axochiapan al Municipio de Jonacatepec.
Las haciendas quitaban sus tierras a los pueblos, alternando engaños y
violencia; explotaban a sus empleados pagando una parte de su jornal en vales intercambiables
sólo en tiendas del hacendado.
Acababa de terminar la revolución de Ayutla, en el año de 1855, derrocadora
del gobierno del dictador Antonio López de Santa Ana.
La región no estaba en paz. Juan Vicario, junto con sus
aliados Mariano Cobos y Juan Pizote, andaban merodeando por: Tlaquiltenango, Jonacatepec, Tepalcingo, Axochiapan, Tlancualpican, Chalcatzingo,
Tetelilla, Huichila, Tlaltizapan, Chinameca, Tenextepango, Huautla, Yecapixtla, Teotlalco y Chiautla.
Otros partidarios
del bando conservador, se levantaron en armas al mando de Juan Antonio, asolando
la misma región de Chiautla y pueblos cercanos.
Los rebeldes conservadores incursionaron en
los pueblos de Axochiapan, Chalcatzingo, Tetelilla y Yecapixtla[1]. En el
año de 1857, los levantados incendiaron los Archivos de los Juzgados de
Axochiapan[2] y
Tepalcingo.
El linchamiento de unos hacendados españoles de Cuernavaca por una banda
de bandoleros evidenció el descontento. Había gente del pueblo demasiado
resentida con los hacendados.
En la
región de Tenango, santa Clara, san Ignacio, etcétera, el hacendado Joaquín
García Icazbalceta comercializaba azúcar[3]
producida en sus extensas propiedades[4].
Mientras
las bandas de ladrones, de subversivos conservadores, de rebeldes liberales y
hasta de insurrectos agraristas, robaban e imponían el desorden en los caminos
del sur.
Ante
tanta delincuencia, los hacendados organizaron fuerzas rurales para
contrarrestarla[5].
Los
pueblos organizaron rondas de vigilancia. Los vecinos acordaron no consentir a
las bandas criminales. Si se acercaban al pueblo, los centinelas daban la voz
de alarma, repicaban las campanas, gritaban ¡mopachocan! (¡Junta popular!) se reunían
y los perseguían.
Esta era la situación del año 1857. Los pueblos estaban atrapados, entre
la pugna de los partidos liberales y conservadores y su lucha por el poder de
la República Mexicana.
A nivel nacional se promulgó la Constitución Política de México, el 5 de
febrero, por parte del partido político de Benito Juárez.
A nivel local, además de que el juzgado de Axochiapan fue incendiado por
una gavilla de bandidos. También, fue restaurada la imagen de san Pablo, la reparación
costó 60 pesos, equivalente a más o menos 25,000 pesos actuales. $48 pesos fueron
financiados por los fiscales mayores y topiles.
En Axochiapan, había dos fiscales mayores con sus respectivos suplentes.
Alejandro Cortés,
2do. Diego José,
3ro. Doroteo Martín,
Francisco Dionisio,
2do. Francisco Rafael.
Los fiscales mayores: eran autoridades religiosas, intermediarios del
sacerdote católico y el pueblo. Es de notar, que el fiscal mayor, Alejandro
Cortés, era el único con apellido en esta lista de nombres.
En esos años, la mayoría de la población hablaba náhuatl. Casi todas las
personas no tenían apellido. Tiempo después se emitieron leyes para que todas
las personas lo tuvieran. Unos adoptaron el apellido de sus padrinos y otras
adoptaron el apellido de su agrado.
Los topiles: eran los ayudantes o mandaderos de los fiscales en las
actividades religiosas. Los topiles de ese año fueron: Justo Rufino, Pascual de
los Santos, Salvador Trinidad, Gregorio Máximo, Manuel M., Juan de la Cruz.
La palabra topil significa en náhuatl “bastón de mando”, portaban un pequeño bastón. Los topiles eran los subalternos de los fiscales.
La palabra topil significa en náhuatl “bastón de mando”, portaban un pequeño bastón. Los topiles eran los subalternos de los fiscales.
Además de las anteriores autoridades religiosas, los jueces aportaron los
restantes 12 pesos para la renovación de la imagen del santo Patrono san Pablo.
La mención del costo de la restauración en la parte posterior del cuadro
no es común, pues cuando se dona un estandarte religioso no se menciona el
costo sino al donador. Quizá se mencionó porque fue muy costoso para la época.
Sin embargo, la violencia continuó. El 10 de marzo de 1876, José Jacinto
Jiménez “Jefe de las fuerzas de línea de Morelos” se levantó en armas en
Axochiapan junto con un grupo de “autoridades del pueblo” […] contra el
Gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada” a fin de “defender y hacer extensivo el
Plan proclamado por el General Porfirio Díaz”.
Este levantamiento ligado a otro levantamiento más grande a nivel
nacional prosperó y llevó a la presidencia a Porfirio Díaz, quien gobernaría
por más de 30 años.
Volviendo al tema que nos ocupa, La imagen del santo patrono de Axochiapan mantuvo unido y cohesionado al pueblo en esos convulsivos años.
Con base a los epígrafes de atrás de la imagen del
santo Patrono, con el transcurrir de los años surgió una leyenda:
⭐⭐⭐LA LEYENDA DEL CUADRO DE SAN PABLO Y LOS TECUANES⭐⭐⭐
El año de 1857 se envió a restaurar la imagen del santo Patrono de
Axociapan. El restaurador hizo una copia
y se quedó la original.
Los pobladores de Axochiapan desconociendo esto, acudieron a recoger a
su santo patrono, se llevaron la copia.
Después, descubrieron la estafa, molestos, cabalgaron al taller del
restaurador, al llegar, encontraron la pintura original de san Pablo, el
restaurador huyó al verse descubierto.
Intentaron llevar la imagen al templo, no pudieron. Regresaron a la
parroquia, después de unos días, los dibutados convocaron a una asamblea
popular en la que se acordó traer al santo Patrono con una procesión con ceras
y tecuanes.
El 21 de abril de 1857, fueron a traer la imagen bailando con los
tecuanes y con cirios pues, se creía que san Pablo, llamado antes Saulo, no
podía ver y los cirios lo auxiliaban a guiarse en la oscuridad. Y que los
Tecuanes hacían más ligero el translado.
Aunque antes no se permitía a los tecuanes bailar en el atrio
parroquial. Sólo en las calles, por las noches, después de esta procesión se
creó un lazo entre san Pablo y los tecuanes.
La fiesta patronal de san Pablo apóstol une a la comunidad por eso lleva
siglos celebrándose.
Se comparte el texto de las
inscripciones en la parte de atrás de la imagen del santo patrono san
Pablo Apóstol:
⭐⭐⭐ “Se renovó este santo Patrón a expensas de los
señores fiscales mayores y topiles; y costó 60 pesos; 48 que pusieron los ya
expuestos, y el resto los jueces.
Fiscal mayor, Alejandro Cortés,
2do. Diego José, 3ro. Doroteo Martín,
iiis Francisco Dionisio,
2do. Francisco Rafael.
Topiles: Justo Rufino, Pascual de los Santos, Salvador Trinidad,
Gregorio Maximo,Manuel M., Juan de la Cruz
Se concluyó el día 15 de abril de 1857”. ⭐⭐⭐
[1] 5 FMRP, Doc. 6762, Joaquín Noriega, Cuernavaca, 24 de julio de 1857.
Citado en Carlos Barreto
Carlos Barreto Zamudio, Rebeldes y bandoleros op. cit.
[3] AGN: Inst. Gob.: Ep.
moderna/Admón. Fed.
S. XIX/ Rentas (142) / Edomex/ Caja 248/ Exp. 12 y 19, años 1856 y 1849.
[4] AGN: Inst. Gob.: Ep. moderna/
Admón. Fed. S. XIX/ Rentas. (142) / Edomex/ Caja 235/ Exp. 21, año 1856
[5] Brígida Von Mentz,
(comp.) Pueblos en el siglo XIX a través
de sus documentos. CIESAS.Ed. Cuadernos de
Casa Chata. 1996.
Óscar Cortés Palma
Cronista Municipal
Casa de Cultura Tecuanes
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