La epidemia de Tetehuamac
Por Óscar Cortés Palma
En la época colonial, los
aldeanos tributaban maíz y otros alimentos. El gobernante de la aldea[1] recaudaba el tributo para entregarlo a los tenientes,
corregidores o alcaldes mayores hasta llegar al gobernador del estado.
Junto
con el tributo, los aldeanos cooperaban
con servicios personales para los ricos, apoyaban la construcción de parroquias[2] y
catedrales[3] y extraían plata de
las minas de Huautla y Tlaucingo[4].
.
Antes
de la década de 1640, desaparecieron Tetehuamac,
Ayoxocuisco, Alchichica (el viejo), los barrios de Cuautlalpan, Hueycala, y
Tecpan[6]
, sus terrenos quedaron abandonados, desiertos
de gente ma no de vida.
La
hacienda de Tenango, el ingenio de Atotonilco[7]
y Ayoxochiapan reclamaron como suyos los terrenos de los pueblos desaparecidos[8]. El hacendado presentó el testimonio
de vecinos, dijeron:
1.
Las tierras de la hacienda de san Nicolás Atotonilco por el sur y oriente, llegan
a los parajes de Las Tinajas y Palo Amarillo.
2.- El rancho de Tetehuama
limita al poniente con el arroyo de Tepalcingo y al oriente con el arroyo seco.
3.- El rancho de Tetehuamac pertenece
a la hacienda de santa Ana, eso siempre han oído decir.
Los testigos fueron[9]:
Nombre
|
Edad
|
1. Artemio Benítez
|
40 años
|
2. Gregorio Ortiz
|
80 años
|
3. Pedro Benítez
|
32 años
|
4. Diego Sánchez
|
40 años
|
5. Francisco Vergara
|
36 años
|
6. Nicolás Aragón
|
60 años
|
7. Juan de Alamilla
|
60 años
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8. Agustín de Aragón
|
63 años
|
9. Bernardo de Aragón
|
60 años
|
10. Juan de Rebolledo
|
60 años
|
11. Sebastián de Rebolledo
|
63 años
|
12. Diego Rodríguez
|
60 años
|
13. Tomás Primo de Aguilar
|
60 años
|
En esa época, emergieron nuevas aldeas habitadas por migrantes. Nacieron las haciendas
de: Tenango, santa Clara, san Ignacio (este último en la década de 1720 's),
Atotonilco (antes de la década de 1690 's). En la década de 1720 's, emergieron
el rancho de san José de los caballos del Quebrantadero y el rancho de Tlalayo
– Alchichica[10].
Las aldeas diezmadas por las enfermedades de Asia, Europa y África, perdieron sus tierras y se encontraron atrapados dentro de la hacienda[5].
El hacendado José Antonio Salvide y Goytia envió a Lázaro Pliego, Matías Pliego y Alex de Pliego, a reconocer las tierras de Tetehuamac. Le dijeron:
-Los
pobladores de Ayoxochiapan tienen sus sembradíos allí-.
Al
escucharlo, el hacendado disgustado, después de meditarlo un poco, colocó trancas
para impedirles el paso.
En
el año de 1761[11],
Tirsa Aguilar España Quetzaltototl, abogada defensora de Ayoxochiapan, dijo con
elocuencia:
-Solicitamos una averiguación
sumaria de las tierras de Teteguama porque fueron del antiguo pueblo del mismo
nombre y pertenecen a Ayoxochiapan, donde viven y han vivido los sobrevivientes
de Tetehuamac desamparados por la peste-.
Y continuó diciendo:
-Desde hace mucho tiempo posee
nuestro pueblo las tierras de san Andrés Tetehuamac, poblado deshabitado por las
pestes. Los pocos indios sobrevivientes de san Andrés se vinieron a vivir a
nuestra aldea donde, para que tuvieran sitios y casas en qué vivir y labrar,
fue preciso se quedase nuestro pueblo sin las tierras de su comunidad remplazándose
éstas en Tetehuamac donde desde inmensal tiempo tenemos nuestras milpas y a unos
apenas les quedó tierra para labrar su choza-.
Sobre el asunto, el hacendado
José Antonio Salvide y Goytia, dijo en el año de 1778:
-No hay mérito que atribuya a Ayoxochiapan el área
de Tetehuama. Pues no hay constancia de la supuesta agregación del año de 1606.
Sus títulos carecen de fundamento. Pudo Tetehuama, o arruinarse del todo por la
peste ó trasplantarse sus reliquias a otros pueblos de la circunferencia como
son Telixtac, Atlacahualoya, o Teotlalco-.
El hacendado hizo un ademán y continuó hablando:
-Ayosochiapan disfruta de una considerable extensión
de tierras. Las 600 varas de Tetehuama por cada punto cardinal. Se le ha apropiado,
persuadiendo y haciendo creer que, en el año 1606, se
unieron los sobrevivientes de la peste de Tetehuama. Desde luego me encargaría
de dar respuesta a la idea de situar Tetehuamac en donde está asentado el
rancho de san José de los caballos del Quebrantadero, si los títulos que
presenta Tirsa Aguilar España Quetzaltototl, fueran dignos de aprecio pero son
falsos[12]-.
Ganó el hacendado, así fue devorándose los ingenios y ranchos pequeños. Como
el ingenio de Atotonilco y el rancho de san Miguel Ixtlilco en la
década de 1730 's. O el rancho de Tlalayo – Alchichica comprado a Diego
Rodríguez, en la década de 1760 's.
La
hacienda fue
devorándose poco a poco los campos de los habitantes[13], los
aldeanos indignados eran desterrados y castigados con cien o doscientos azotes
en la espalda.
José
Antonio de Salvide Goytia, Sebastián Izcabalceta, y Nicolás Izcabalceta, sucesivos
dueños de la hacienda de santa Ana, se encargaron de despojar de más tierras a
los habitantes.
La
época más violenta de la lucha por la tierra, fue de la década de 1710 hasta
1790[14].
Al finalizar el siglo XVIII, los empresarios
agrícolas españoles eran propietarios de la mayor parte de la tierra desde
Ocuituco hasta Axochiapan. Y controlaban las aguas del río Amatzinac.
A
partir de ese momento la región quedó controlada por una sola familia de
hacendados, la familia Izcabalceta, que mediante la alternancia de paternalismo
y uso de violencia hacia los dominados, consolidó su poder sobre la comarca[15].
Los
aldeanos
dedicados a la siembra de temporal de maíz, frijol, calabaza, chile y jitomate reclamaron
el derecho a vivir en paz ante la oposición de unas cuantas familias terratenientes poseedoras de
grandes haciendas productoras de azúcar y aguardiente[16]. La venta de caña de azúcar les generaba jugosas
ganancias.
Texto: Óscar Cortés Palma
Correo: cami17_4@hotmail.com; oscarcortespalma@gmail.com
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