miércoles, 30 de noviembre de 2016


El Cura Zapatista: El padre Prisciliano.
Por Óscar Cortés Palma

Jonacatepec Mayo 28 de 1912
Señor Cura Pedro Rojas
                                       Cuautla
Le aviso a usted que ya estoy libre
Presbítero Prisciliano Espíritu

El cura Prisciliano Espíritu

En Axochiapan, durante la revolución mexicana, en la parroquia de San Pablo Apóstol oficiaba misa el cura Prisciliano Espíritu, quien ayudó al ejército zapatista.

En esos días Emiliano Zapata fue designado general por un grupo de guerrilleros en Jolalpan, Puebla. Los revolucionarios, ahora llamados zapatistas, avanzaron por el camino de Jolalpan, pasaron por Tlaucingo, continuaron para Teotlalco, al llegar a cada poblado buscaron  caballos y armamento (escopetas, machetes) y también buscaron partidarios para su causa.






Ese mismo día al oscurecer llegaron a Axochiapan. Allí fueron recibidos con cordialidad por los vecinos. 

   Y al terminar de platicar con el presidente municipal.  Emiliano Zapata fue a visitar  al cura, quien lo esperaba en la entrada de la parroquia de san Pablo apóstol, allí el cura Prisciliano Espíritu le dijo.

   -Señor general, el motivo por lo que lo llamé es para decirle que yo simpatizo con la revolución. Porque he visto el  sufrimiento de la clase trabajadora a causa del mal gobierno que solo beneficia a un centenar de familias multimillonarias y condena a la miseria a la inmensa mayoría de los mexicanos. Es necesario romper esta forma de gobierno que solo genera un  círculo vicioso de falta de desarrollo y de miseria que se engendran una a otra. Esto no puede seguir así, por eso estoy a favor de la revolución porque el pueblo explotado  es también nuestro prójimo-.
El caballo del cura.
Posteriormente el Cura Prisciliano Espíritu de Axochiapan invitó a Emiliano Zapata a que pasara al corral de la iglesia San Pablo Apóstol, en donde le mostró un caballo retinto. Y enseguida continuó diciéndole:

  -Señor General, quiero contribuir por el momento con este caballo que no dudo que servirá  al movimiento revolucionario. Después se despidieron, y a la mañana siguiente los zapatistas levantaron su campamento y se retiraron hacia los cerros del sur. El General Emiliano Zapata iba montado en el soberbio caballo retinto que le regaló el cura de Axochiapan. 
Final.
La existencia del padre Prisciliano está documentada en el Archivo General de la Nación, en el Archivo parroquial de San Pablo Apóstol de Axochiapan, en el libro del progenitor del poeta Octavio paz.
Se sabe que el cura Prisciliano espíritu ofició misas en  la parroquia San Pablo Apóstol del año de 1909 a 1913. El fue el primer cura  en residir en la parroquia de Axochiapan, porque antes los curas residían en la parroquia de San Miguel Atlacahualoya y mucho antes en Jonacatepec.
 El padre Prisciliano apoyó decididamente a los zapatistas y a causa de sus ideas fue apresado en al menos un par de ocasiones: 

Una en el año de 1912. Y otra en noviembre de 1913, en esta última fue  acusado junto a otras veintiséis personas de ser cómplices de una banda zapatista que incendió los cañaverales de la hacienda de san Ignacio (hoy Marcelino Rodríguez) ubicada al norte de Axochiapan.

 Debido a su apoyo a la revolución, el padre Prisciliano fue removido del curato de Axochiapan y transferido al curato de Iztacalco, en el estado de México. Allí murió en completa soledad y miseria en el año de 1915.

 Además del cura Prisciliano Espíritu también hubo otros sacerdotes que apoyaron la revolución como el cura Pedro Rojas, al que le manda este pequeño recado el Padre Prisciliano al inició de este escrito. El cura Pedro Rojas era originario de Tepoztlán, fue quien ayudó a Francisco Franco, primo de Zapata a desentrañar de la lengua náhuatl los títulos primordiales de Anenecuilco. 

©Texto: Óscar Cortés Palma
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oscarcortespalma@gmail.com

sábado, 19 de noviembre de 2016



Poesía a los tecuanes. Autor Rafael Damián Ramos de la Papelería México.Axochiapan, Morelos.




Al ritmo de la flauta y el tambor,
Las cuadrillas de mi pueblo bailaran,
Luciendo bonitos trajes, trajes a todo color,
Una danza bonita, que es la danza del Tecuan.

Dicen que su procedencia es ancestral,
Otros dicen que su origen es moderno,
Que no tiene la historia un dato total
Y que nadie tiene escrito en el cuaderno.

Noventa y seis son los pueblos hermanos,
Que están todos prestos a bailar
Y así todos tomados de las manos,
Se dedican a la danza del jaguar.

Vamos todos a participar en la historia,
Y podemos meternos en el tiempo,
Para tenerlo siempre en la memoria
Y no por olvido se lo lleve el viento.

Amigos, yo tengo sangre de tecuan,
porque en estas tierras yo nací,
por eso les digo a todos,
a los que vienen y van;
que yo soy...
¡Soy de merito de por aquí!
©Poesía: Rafael Damián Ramos




Libro danza de los tecuanes

Cel: 735 150 69 20
Email: cami17_4@hoitmail.com

martes, 15 de noviembre de 2016

El títere gigante de la tortuga, los hombres vestidos de mujeres y los tecuanes.


Texto: Óscar Cortés Palma

Fotos: Tecuanes de San Nicolás Huamuxtitlan, Guerrero


En la región en donde vive la tradición de la danza teatro de los tecuanes. En algunos pueblos se le han añadido unos  títeres gigantes en forma de tortuga.


Este títere gigante esta hecho de tela y alambre, principalmente y un poco de madera para su cabeza, por esta razón no pesa.

El títere gigante en forma de tortuga baila cerca de los tecuanes o separada de estos. También bailan los hombres vestidos de mujer junto a los tecuanes o aparte. Estos son llamados en muchos pueblos como “las  mojigangas”. Las mojigangas según el diccionario de la lengua española son una “obra teatral muy breve, de carácter cómico, en la que participan figuras ridículas y extravagantes”. Pero bueno, muchas mojigangas actuales son hombres disfrazados de  mujeres.


Todos estos bailes, el de la tortuga y el de las mojigangas,  se realiza amenizado con las tamboras y las trompetas de la banda musical. Esta banda musical es llamada regionalmente “banda chilatera” o “banda de chile frito”. Las tortugas y los hombres vestidos de mujeres van interactuando con el público al mismo tiempo que bailan acompañando la procesión o desfile.



Puesto que es la fiesta del pueblo  debe de haber mucha alegría y juego, por eso son permitidas estas desinhibiciones. Pero no lo es en toda la tierra tecuanense que es muy diversa, muy extensa y abarca regionalmente ciento cuarenta pueblos y ciudades en donde vivenlos  tecuanes o alguna de sus variantes.

Y esta tierra tecuanense es parecida pero no es igual, ni en sus actividades económicas, ni en su forma de ser. Hay pueblos tecuanenses principalmente agrícolas, otros son principalmente comerciales. Hay pueblos tecuanenses que hablan nahua, mixteco o amuzgo. Y otros que solo hablan español. Hay tecuanes citadinos y otros son pueblerinos. Hay pueblos o ciudades tecuanenses muy ricas y prosperas y otras que no lo son tanto Hay tecuanes muy celosos de sus tradiciones y otros que son muy liberales.
























En lo que respecta a los hombres vestidos de mujer y al títere gigante de la tortuga se les puede ver bailando animosamente en por lo menos Axochiapan en Morelos.  Y  también bailan a doscientos  kilómetros de distancia, hacia el sur, en Huamuxtitlán e Islaltepec, en Guerrero. Por lo que probablemente se baile en otros lugares ubicados entre estas comunidades.




En estas localidades de la tierra suriana se fabrican estos títeres en forma de tortugas gigantes con armazón de alambre, tela y madera. Cada tortuga es cargada por un solo individuo que va en medio del caparazón.




Los títeres de tortugas gigantes tienen un mecanismo simple con el que quien las manipula puede hacer que las tortugas  abran su hocico de madera, en donde algunas llevan unos clavos gigante con los que amagan morder a la gente que se acerca  esto resulta muy divertido para los niños y espectadores en general.


Hasta ahorita he encontrado estos títeres gigantes de  tortugas como baile tradicional en Telixtac y Axochiapan, Morelos; y en Huamuxtitlán e Islaltepec, Guerrero; pero lo más probable es que haya en muchas localidades más.


Cien kilómetros hacia el oeste, en Tetelpa, Morelos, aunque  no hay el tradicional títere gigante de la tortuga. Si encontramos un cerro en forma de tortuga, el cual es un cerro simbólico y sagrado también.

©Texto: Óscar Cortés Palma
©Fotos: Tecuanes de San Nicolás Huamuxtitlan


  
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