sábado, 21 de febrero de 2015

Axochiapan, en donde Emiliano Zapata inicia la revolución.

Axochiapan, en donde Emiliano Zapata inicia la revolución.

Por Óscar Cortés Palma

En medio de la Feria del Segundo Viernes de Cuaresma en Cuautla, un grupo de personas que habían llegado de Villa de Ayala, platicaba animosamente. Nadie sospechaba que conversaran más allá de lo que suelen platicar los amigos, pero en sí, se traían algo más  entre manos, uno de ellos mencionó:

-Ya tengo el nombramiento, es  hora de que empecemos la Revolución-

Posteriormente, se despidieron y se alejaron, confundiéndose entre la multitud de gente que había en la feria, pero al día siguiente se volvieron a reunir en Villa de Ayala, pero ahora no iban acompañados de más parientes y amigos.

-¡Hoy es el día no hay marcha atrás!-

Efectivamente, al anochecer, estos misteriosos sujetos desarmaron a la policía de la Ciudad de Ayala, y citaron a un mitin en la plaza del pueblo, allí uno de los oradores leyó el Plan de San Luis que convocaba a levantarse en armas, desconociendo al dictador Porfirio Díaz.
Sesenta personas de los asistentes decidieron unirse a los insurrectos y junto con ellos partieron hacia un poblado cercano llamado San Rafael de Zaragoza, en donde los estaba esperando Catarino Perdomo y más aliados.

De allí los campesinos insurrectos continuaron su camino, marchando siempre hacia el sur, animados por Pablo Torres Burgos, quien era el líder visible del grupo, pasaron por las Serranías de Huautla hasta internarse en lo profundo de la sierra, en donde establecieron su campamento, y allí esperaron, una semana, escondidos a que llegaran más refuerzos a sumarse a su guerrilla .

Después de una semana de estar escondidos en la sierra del sur de Huautla, entre los límites de los estados de Morelos y Puebla, los campesinos insurrectos decidieron actuar. Pablo Torres Burgos al mando de sus guerrilleros que ya se habían incrementado a cerca de 150 personas, se dirigieron a San Pablo Hidalgo, poblado cercano a Tlaltizapan. Allí en la casa de un ranchero llamado José Rodríguez, se reunieron el día lunes 20 de marzo de 1911, en esa reunión acuerdan atacar la ciudad de Jojutla y también se suman más campesinos a la causa.

Después de esa reunión Rafael Merino y Emiliano Zapata, al mando de dos partidas guerrilleras realizaron  maniobras distractoras,  Rafael Merino por la región de Jonacatepec y Emiliano Zapata por la región de Jolalpan, era parte del plan, mientras estos distraían a las fuerzas federales Torres Burgos y Gabriel Tepepa se prepararon para caer sobre Jojutla, antes pasaron por  Tlaquiltenango, poblado distante a solo 3 kilómetros de su objetivo, allí no hubo resistencia, y el poblado fue tomado sin utilizar una sola bala, era el día 23 de marzo de 1911 .
La toma de Tlaquiltenango intimidó al gobernador del estado de Morelos, que había llegado un día antes en auxilio de la ciudad de Jojutla con un pequeño ejército de rurales, había menospreciado a los insurrectos y después recapacitó, viendo sus disminuidas fuerzas, decidió retirarse para refugiarse en Cuernavaca.

Mientras tanto los revolucionarios asaltaron la Ciudad de Jojutla, que se encontraba completamente indefensa. Al no haber enemigo que perseguir las fuerzas de Gabriel Tepepa, robaron las tiendas. Pablo Torres Burgos, quien era el comandante en Jefe del movimiento, no estuvo de acuerdo así que malhumorado le dijo a Gabriel Tepepa que pusiera en orden a su gente.

Después llegaron Zapata y Merino, y en presencia de ellos y de los demás, Pablo Torres Burgos renunció al mando del movimiento y se fue enojado porque  no estaba de acuerdo con el desorden  y la anarquía. Los demás observaban como Pablo Torres Burgos se alejaba.

Después de esto los campesinos insurrectos se internaron en las serranías poblanas que se encuentran al sur del estado de Morelos. Asaltaron los poblados que allí se encontraban, Huachinantla, Mitepec, Jolalpan, Tlaucingo, Teotlalco hasta llegar a Axochiapan, Morelos.

Al llegar a cada pueblo, su comportamiento de los revolucionarios era el mismo, buscando armas, caballos, invitaban a la gente a que se fueran con ellos, en estos poblados tan alejados y tan pobres, tan poco poblados, no hubo combates porque no había a quien combatir, no había destacamentos militares en la zona, solo había campesinos, que poco se diferenciaban de los campesinos insurrectos.

Otra  cosa que hacían los rebeldes en esos pueblos, era que solicitaban préstamos para la causa a las personas ricas delos pueblos, también alteraban los Archivos y modificaban los documentos que les parecían oprobiosos, también destruyeron  los telégrafos, para que nadie comunicará sus movimientos y el gobierno no supiera donde estaban y que hacían.

Los lugareños simpatizaban con la revolución en Jolalpan, por eso cuando llegaron los rebeldes, repicaron las campanas de la iglesia, tronaron cohetones, los  recibieron con música de viento, y gritaban vivas. Al notar esto los revolucionarios decidieron establecer su campamento allí en Jolalapan, era un buen lugar porque aparte estaba rodeado de cerros que les brindaba protección.

Y allí eligieron a Emiliano Zapata como general de su improvisado ejército. Firmaron el Acta de nombramiento de Emiliano Zapata como general, catorce coroneles revolucionarios: Rafael Merino, Próculo Capistrán, Margarito Martínez, Catarino Perdomo, Jesús Morales, Francisco Mendoza, Gabriel Tepepa, Catalino Vergara, Juan Sánchez, Amador Acevedo, Emigdio Marmolejo, Jesús Jáuregui, y Maurilio Mejía.

Pablo Torres Burgos había muerto, así que Emiliano Zapata ya era el nuevo jefe con aproximadamente 200 guerrilleros a su mando, ya que en Jolalpan se había unido Franco Pliego con más adeptos, en Huachinantla se había unido Amador Acevedo con dos decenas de partidarios, en Tlaucingo se unió Miguel Cortés con más reclutas.

En sí, en cada pueblo que pasaban se les unían partidarios, después continuaron para Axochiapan, poblado del estado de Morelos, allí también los recibieron como libertadores.
Allí se encontraba, Octavio Paz Solórzano, padre de Octavio Paz, el poeta, y se dio cuenta de que Zapata platicó con el Presidente Municipal y después con el cura del pueblo llamado Prisciliano Espíritu, quien era un cura revolucionario que le regaló un caballo a Zapata, lo aconsejó y le dio su bendición.

Después Zapata  se retiró con sus guerrilleros, pero no se fueron todos, se quedaron un pequeño grupo de revolucionarios comandados por Alejandro Casales, quien provenía de Chietla y era acusado de haber fusilado al Secretario y Presidente Municipal de Tilapa, Puebla.

Así que, cuando los federales entraron a Axochiapan rápidamente lo capturaron, e inmediatamente después lo ahorcaron en un árbol de Mesquite y después lo quemaron.

La noticia pronto llegó a oídos de Zapata, quien se encontraba merodeando en las cercanías. Hasta ese momento Zapata no había participado en ningún combate, pues no es segura su participación en la toma de Jojutla porque lo habían enviado a realizar maniobras distractoras en los alrededores de Jolalpan a Axochiapan, pero en el caso de que si haya participado en esa batalla, participó como subalterno ya que el general en Jefe era Pablo Torres Burgos. 

Es por eso que esta es la primer batalla de Emiliano Zapata, él la planeó, la organizó y la ejecutó. El 29 de marzo de 1911, en la Estación del Ferrocarril de Axochiapan, combatieron los guerrilleros comandados por Emiliano Zapata que ya sumaban algunos cientos de personas, contra los soldados de 18o. Regimiento al mando del Coronel Javier Rojas, finalmente los soldados se replegaron y huyeron, pero en las prisas de su huida, iban dejqando armas y  municiones que reforzaron los pertrechos revolucionarios.



Ese mismo día, Gabriel Tepepa atacaba la Hacienda de Chinameca, y se apropió de armamento y caballos, pero Gabriel Tepepa murió en las siguientes semanas, como también murió Rafael Merino, que sumadas a las muertes de los otros jefes revolucionarios Pablo Torres Burgos y Alejandro Casales, dejaron a Emiliano Zapata como líder indiscutible del movimiento revolucionario que se estaba gestando en Morelos. Es por eso que se puede decir que el General Emiliano Zapata inició su revolución en la Estación del Ferrocarril de Axochiapan, Morelos puesto que allí fue su primer batalla, ya con el grado de general, el soleado día del 29 de marzo de 1911.

Texto Óscar Cortés Palma.   Facebook: https://www.facebook.com/danzadelostecuanes.
Casa de Cultura Tecuanes 
cel: WhatsApp: 7351824631
Email:cami17_4@hotmail.com
Facebook.com/oscarcortespalma
Twitter: oscarcortespalm





lunes, 16 de febrero de 2015

Axochiapan en la época de Benito Juárez y Porfirio Díaz

Por Óscar Cortés Palma


Era el 25 de enero de 1873, nos encontrábamos aquí en Axochiapan, que igual no habría problema en llamarle “Valle Cálido”, ya que aunque su vegetación corresponde a la selva baja caducifolia no es muy abundante en esta zona, que es plana por todos lados, y el calor, el calor es agradable, en las calles del pueblo juegan los niños empolvados, más allá una marrana camina guiando a sus lechoncitos esquivando los charcos llenos de tolocates, en algunos patios abundan el jehuite y las mariposas.  


Aunque han pasado terribles años debido a la guerra, las malas noticias que llegan de todos los lugares no espantan a los pobladores de Valle Cálido porque aun así la paz no se ha visto del todo perturbada, Todo está en calma, a lo único que le teme la gente es a las enfermedades, a la pulmonía, al frio y a los alacranes.

Principales enfermedades de que fallecieron en el partido de Jonacatepec 1850[1].
Enfermedades
Hab.
Enfermedades
Hab.
Enfermedades
Hab.
De alacrán
27
fríos
45
heridas
20
pulmonía
30
empacho
30
aborto
42
parto
42
erisipela
22
alferecía
38
miserere
32
inflamación
30
flujo
30
lombrices
28
hígado
18
fiebre
22
al nacer
38
disentería
30
erisipela
22


A lo lejos se escucha la música hay fiesta en el pueblo, en el atrio de la Iglesia danzan los moros y cristianos frente a una concurrida audiencia descalza. El Presbítero Manuel Cueto Torres García cura de la Parroquia del curato de San Miguel Arcángel de Atlacahualoya, está presente para oficiar misa aquí en la iglesia de Axochiapan. En esos años, entre 1803 y 1909, el curato se encontraba en Atlacahualoya, es decir, hasta principios del siglo XX la iglesia principal se encontraba en Atlacahualoya y no en Axochiapan.[2]


Aunque todo en “Valle Cálido parece ser como antes, ya todo es diferente ahora, nuevas ideas inundan el ambiente de las comunidades rurales, hay imaginación y creatividad por todas partes y una sensación de independencia y de libertad que se manifiesta incluso en las danzas  tradicionales de los pueblos, están brotando nuevas danzas, por ejemplo se sabe que en el poblado de Tlayacapan, Morelos situado relativamente cerca de Axochiapan, hay danzas y teatros que hacen sátira de lo cotidiano, y que darían origen a la danza de los Chinelos, como menciona esta fuente:

He tenido noticia cierta esta jefatura, de que en esa población se está disponiendo una cuadrilla para el próximo carnaval, ridiculizando a varios personajes de respetabilidad y con vituperio a la religión católica, provocando con esto una alarma a las personas de juicio y criterio. Por lo que prevengo a usted expida oportunamente el reglamento que deben de sujetarse esas cuadrillas, prohibiendo personificar a las autoridades constituidas y a las religiones toleradas o a sus dignidades bajo las penas o multas a los infractores que usted estime oportunas[3].
El documento citado anteriormente es una de tantas pruebas de que en esos años están surgiendo danzas que en unas cuantas décadas se esparcirán como pólvora en los alrededores. En estos años surge la danza de los chinelos, la danza de los tecuanes, la danza de los vaqueros, los mariachis, la china poblana, la obra de teatro de Mariano Matamoros de Jantetelco, en fin, numerosas manifestaciones culturales  de cultura popular que conocemos en la actualidad.

Pero al mismo tiempo que surgen nuevas tradiciones empiezan a extinguirse otras. Por ejemplo, la danza de los Moros y cristianos que alguna vez fue la danza más popular de todo el virreinato de la Nueva España, y que llegó a bailarse en un amplísimo territorio que abarcaba el centro, parte del sur y norte y  el occidente de México, ahora es una danza en franco retroceso y su lugar empieza a ser ocupado por nuevas danzas, Arturo Warman hace una gran investigación sobre la danza de los Moros y cristianos en su libro[4].

Pero volviendo al tema que nos ocupa que es el poblado de Valle Cálido, muchos sucesos acontecían con bastante rapidez. En esos años nadie se imaginaba que el lejano poblado de Axochiapan se transformaría en la más populosa y dinámica ciudad de la región, ya que hasta ese entonces Jonacatepec había sido la ciudad más importante, era la cabecera Municipal y un bastión del Partido Conservador y de la oligarquía terrateniente y así continuó durante todo el siglo XIX, cerca de allí se encontraban las ricas haciendas azucareras de Tenango, Santa Clara, San Ignacio y Atotonilco; todas pertenecientes a la familia García Izcalbaceta que para esos años ya había consolidado su dominio sobre las fuentes de agua y la mejor tierra de toda la región del Valle Cálido que en este caso no nada mas incluía a Axochiapan, sino que también Jonacatepec, Jantetelco parte de Tepalcingo, toda esa zona, a excepción de Tepalcingo que se encuentra limitando con la Sierra de Huautla por lo cual se pueden observar varios cerros. Toda la demás región es plana por eso desde muy lejos se pueden observar los tres cerros que caracterizan la región: el peñón de Jantetelco, el cerro ancho de Tenango, el cerro delgado de Chalcatzingo, el clima es un poco cálido y la región está un poco tapizada de cazahuates, mezquites, jacarandas, pitayos, pochotes, es decir las vegetaciones características de la selva baja caducifolia, que durante la época de lluvias se pinta de diferentes tonalidades de verde, pero la mayor parte del año las hojas de esos árboles son de colores cafés o de otros colores no tan sobresalientes. Y bajando de las faldas del Popocatepetl, el rio del Amatzinac y el rio Tepalcingo riegan los campos del Valle Cálido.

 El azúcar era un negocio muy redituable en esta zona, por eso la familia terrateniente García Izcalbaceta tenía extensos plantíos de caña de azúcar, y en donde no tiene plantíos tiene su ganado y sus potreros.



Para el año de 1873 la hacienda había establecido ranchos en donde Vivian sus trabajadores permantes o temporales, ya existían los ranchos de Quebrantadero, de San Miguel Ixtlilco, y Tlalayo, que no tenían tierras propias ya que estaban dentro de los  terrenos de la hacienda de Tenango y debían  pagar una renta por el uso de sus tierras al hacendado. Pero al hacendado también le convenía quedar bien con la gente, por ejemplo en Quebrantadero, la iglesia se terminó de construir en 1885 y el padrino fue el dueño de la hacienda de Tenango, D. Joaquín García Icazbalceta.
No se puede entender la  historia de la región de Valle Cálido si no se toma en cuenta la caña de azúcar.  De la caña de azúcar se obtienen mieles, azúcar, alcohol, aguardiente, piloncillo. Desde la época colonial se ha venido sembrando en estas tierras y durante un tiempo esta región fue una de las productoras de la mejor azúcar del mundo. Otros lugares del mundo que durante algún tiempo de su historia fueron grandes productores de caña de azúcar fueron Haiti, Cuba, Brasil. Por lo cual es probable que nuestras historias sean muy similares.
Y aunque actualmente, hoy en el año 2014, las haciendas de la región: Tenextepango, Tenango, Santa Clara, San Ignacio ya no están en funcionamiento. El ingenio de Atencingo, cercano a esta zona pero en el estado de Puebla aun continúa produciendo caña molida y azúcar siendo uno de los ingenios con mayor producción del país.

Pero volviendo al año de 1873, en este tiempo en el Valle Cálido asolaban grupos armados, Inclusive el Archivo del Juzgado de Axochiapan fue asaltado e incendiado por un grupo  de alzados en 1857, Tepalcingo en ese mismo año.  Y para acabarla de amolar en 1862 el ejército francés invadió México, y aunque en la región no hubo batallas contra ellos si hubo escaramuzas entre conservadores mexicanos partidarios de la invasión francesa contra pequeñas tropas del ejército liberal que se dirigían a Puebla para pelear contra los invasores franceses y tenían que pasar por estos caminos.
En esos años tan turbulentos se erigió la Municipalidad de Tetelilla, ya que el poblado de Axochiapan no siempre fue cabecera municipal hubo un tiempo en el que la cabecera municipal era Tetelilla. Y mucho más antes la cabecera municipal era Jonacatepec.
Eran los primeros años después de la independencia, cuando el actual territorio de Axochiapan quedó integrado al municipio de Jonacatepec desde el año 1825, un año después de que se promulgara la primer Constitución liberal y se constituyera la República Mexicana, Así se mantuvo el actual territorio de Axochiapan durante casi 40 años permaneciendo al municipio de Jonacatepec hasta oficialmente el año de 1869, cuando al crearse el estado de Morelos,  el territorio de Axochiapan quedó integrado en la municipalidad de Tetelilla (del año de 1869 al año de 1898). 

Pero la municipalidad de Tetelilla ya había empezado a cuajar desde años antes, porque ya en el año de 1862, Arturo Cruz, gobernador del Distrito de Jonacatepec mencionaba sobre Tetelilla que: ”la  actual división política no es la más adecuada  para el servicio público por dos razones: a) Porque Segrega a varios pueblos y ranchos y b) Porque a causa de la creación de “Teteliya” quedaron enteramente cortados los puntos de la hacienda de San Ignacio y el pueblo de Atlacahualoya, resultando de esto el entorpecimiento de la recta administración municipal.[5]




Pero a pesar de esto en el año de 1872 se ratifica definitivamente la erección del municipio de Tetelilla, a pesar de las múltiples protestas que suscitaba: “le trae dificultades a los vecinos de la hacienda de Tenango que pertenece a la municipalidad de Jantetelco, quienes deberían de pertenecer a la municipalidad de Tetelilla, de cuya cabecera solo dista 2 km[6] mencionaban los pobladores.

Otros críticos mencionaron que la Hacienda de Tenango debido a su cercanía debía de pertenecer a la Municipalidad  de Tetelilla y no a la de Jantetelco, ya que la distancia entre la Hacienda y el poblado de Tetelilla es de únicamente 2 km” .

Al mismo tiempo, que se mencionaban estas inconformidades, en el país se luchaba contra la invasión francesa y sus aliados del partido conservador mexicano quienes fueron finalmente derrotados por el Partido Liberal comandado por Benito Juárez.

Dos años después, en el año de 1869, se decretó la creación del estado de Morelos. Posteriormente Porfirio Díaz toma el poder del país, y es entonces, cuando se pacifica la región y se realizan algunas obras en la cabecera municipal de Tetelilla entre los años de 1883-1887 se arreglaron las calles, se construyó el Panteón Municipal y se construyó la red telefónica que comunicaba a los Ayuntamientos de Tetelilla y Jonacatepec.

Pero a pesar de estas obras, el Ayuntamiento de Tetelilla no era capaz de cubrir los gastos del Servicio Público, incluso en ocasiones no tenía dinero para papelería de las oficinas. Tal era el estado de bancarrota, que el gobierno del estado decidió suprimir la municipalidad, agregando su territorio a los 3 municipios que la rodeaban (Tepalcingo, Jonacatepec y Jantetelco)
Y esto hubiera pasado, de no ser porque los pobladores de Axochiapan se opusieron y solicitaron ser la nueva cabecera municipal.
En esos años, el poblado de Axochiapan no era muy grande, se encontraba rodeado por dos barrancas; al oriente la de Tochatlaco y al poniente la de la Poza Larga (llamada actualmente Los Ahuehuetes). La barranca de Tochatlaco aunque parecía estar seca producía agua potable que se extraía de  pozos a unos cuantos metros de profundidad,  y la barranca de "La poza larga" (ahuehuetes) tenía varios nacimientos que formaban una pequeña corriente permanente.
Los pobladores de Valle Cálido habían estado muy activos desde diez años antes, cuando en el año de 1886, habían enviado a Don Julio Sánchez como su representante a solicitar al Archivo General y Público de la Nación una copia de los documentos relacionados a los títulos de tierras para recuperarlas porque se las había arrebatado la Hacienda de Santa Ana Tenango y adquirieron experiencia para organizarse y para realizar trámites legales.  Aunque de hecho, al revisar la historia del actual municipio de Axochiapan se pueden apreciar dos grandes litigios de tierras, entre los pueblos de Axochiapan (en  la época colonial llamado Ayoxochiapan) y  Atlacahualoya contra la hacienda de Tenango.
El primer litigio abarcó casi todo el siglo XVIII y  tuvo como consecuencia el nacimiento del rancho  de Quebrantadero y la pérdida de las tierras occidentales del pueblo de Axochiapan y Atlacahualoya. Cien años antes de que ocurriera este litigio había desaparecido el pueblo de San Andrés Tetehuama (se mudaron y fundaron Xalpatlahuac, en el estado de Guerrero)
El segundo litigio también abarcó casi todo el siglo XVIII y tuvo como consecuencia  la consolidación de los ranchos de Tlalayo  y Achichica; y la pérdida de las tierras orientales del pueblo de Axochiapan. En esta zona se encuentra el poblado de Tzompahuacan el cual tiene una iglesia en ruinas del siglo XVI  la cual es enorme  comparada con la pequeñísima población que allí radica por lo que suponemos que esta disminuyó considerablemente hasta casi desaparecer  en alguna época de la historia. Los poblados de Atlacahualoya y Axochiapan fueron incapaces de mantener sus tierras debido a que su población había muerto por las epidemias, hambres y sobreexplotación, así lo demuestran los censos de indios tributarios de la época.

 Pero regresando al año de 1873, ahora, los pobladores de Axochiapan estaban entusiasmados por ser cabecera municipal, incluso algunos estaban de acuerdo con ceder parte de su territorio por ejemplo, ceder  las tierras del poblado de Tetelilla al Municipio de Jonacatepec, ceder la Hacienda de San Ignacio al Municipio de Jantetelco, y al Rancho del Quebrantadero al Municipio de Tepalcingo. Pero no hubo necesidad de eso, porque los pobladores de Axochiapan  contaron con el apoyo de los pueblos de Atlacahualoya y Telixtac y de los Ranchos de Quebrantadero y Tlalayo.
 El entusiasmo de los pobladores de Valle Cálido contrastaba con el escepticismo de los gobernantes, entre quienes había algunos escépticos, quienes dudaban de la capacidad de Axochiapan para constituirse como cabecera municipal.
Por eso, los pobladores de Axochiapan al ver que las gestiones avanzaban muy despacio, organizaron una caravana, en la que participó casi toda la población, es decir, casi 1,000 personas algunas iban armadas, otros estimulados con bebidas alcohólicas, los acompañaban Bandas de Música y cohetones, e iban protegidos por un destacamento de “rurales”. 

Llegaron a Tetelilla, y un solo día les bastó para llevarse los Archivos y los muebles del Ayuntamiento, se llevaron también las puertas del Palacio Municipal, las farolas de las calles que alumbraban con petróleo, los aparatos telefónicos fueron arrancados. En fin trasladaron todo lo que pudieron y lo que a su juicio tenía algún valor administrativo. Los pobladores de Tetelilla decidieron no oponer resistencia.[7]

Ante esta situación, finalmente el Congreso del estado decretó el 12 de noviembre de 1898, la supresión del municipio de Tetelilla, y la creación del municipio de Axochiapan de Leandro Valle, con cabecera en el poblado del mismo nombre, al cual le correspondieron las mismas poblaciones y ranchos que pertenecían al antiguo municipio de Tetelilla, con excepción del poblado de Tetelilla el cual se agregó a la municipalidad de Jonacatepec.” 
 A partir de esa fecha comenzó a funcionar el Ayuntamiento, los principales promotores de la fundación del municipio fueron Luis G. Rebolledo, Jesús Carrillo, Fernando G. Huertero y Sabino Rebolledo, quienes también fueron los primeros Presidentes Municipales. En ese mismo año se empezó a construir la Estación del Ferrocarril. Y la red telefónica que comunicaba a este Ayuntamiento con el de Tepalcingo.

Y se le nombró Axochiapan de “Leandro Valle” en honor al militar liberal del mismo nombre, nacido en la ciudad de México en 1833, que vivió su infancia en el vecino poblado de Jonacatepec. Leandro Valle fue un militar aliado del presidente Benito Juárez  que destacó por combatir a los conservadores quienes lo capturaron y fusilaron en el año de 1861. Y ya que estamos recordando a personas reconocidas regional o nacionalmente, en esos años también nació en Axochiapan el nahuatlato Eliseo Basilio Aragón Rebolledo, el 14 de Junio de 1887, Eliseo escribió dos libros: uno titulado "Calendario de las ferias más notables del estado de Morelos", publicado en el año de 1950. Y otro titulado: “Toponimias en lengua náhuatl del Estado de Morelos”, publicado póstumamente en el año de 1969. Y también fundo la carpa de teatro Ofelia en donde actuaron en sus principios personajes como Cantinflas.
Eliseo B. Aragón era primo de otro afamado personaje el filósofo Agustín Aragón y León, nacido en el vecino poblado de JonacatepecMorelos,  el 28 de agosto de 1870. Agustín Aragón y León fue un ingenieroeducador, ideólogo positivista, académico y político mexicano, fue  muy reconocido durante el Porfiriato.

Como conclusiones podemos mencionar que el Valle Cálido o mejor dicho Axochiapan, Morelos, los pobladores promovieron el surgimiento del municipio de Axochiapan, desde el año de 1862, y lo lograría tres décadas después, cuando en el año de 1898 los pueblos de Axochiapan, Atlacahualoya, Quebrantadero, Telixtac y San Ignacio se separaron del entonces municipio de Tetelilla. Y con el aval de la Hacienda de Tenango y del gobierno del estado, fundaron el municipio de Axochiapan.
Los principales promotores de la creación del municipio de Axochiapan fueron Luis G. Rebolledo, primer presidente municipal, en 1898; Jesús Carrillo, segundo presidente en 1899; y Fernando G. Huertero, tercer presidente en 1900. Ellos eran los más influyentes políticos en ese entonces. 





[1] VON MENTZ,  Brígida (comp.) Pueblos en el siglo XIX a través de sus documentos. Centro de Investigaciones y estudios superiores en Antropología social.  Ed. Cuadernos de Casa Chata. 1996.
[2] Archivo Parroquial de Axochiapan, Morelos consultado del 2 al 15 de noviembre del 2013
[3] Documento escrito por  Antonio Ortiz y Arvizu emitido por la jefatura política del distrito de Yautepec al presidente municipal de dicho poblado de Tlayacapan fechado el 7 de febrero de 1872.
[4]WARMAN Arturo, La danza de moros y cristianos. INAH, México, D.F. 1985.
[5] LEYVA, Francisco El estado de Morelos en 1873. Panorama económico. Presentación: Valentín López González. Fuentes Documentales del Estado de Morelos Cuadernos históricos Morelenses. Cuernavaca, Morelos 2000.
[6]ROBELO, Cecilio, A.,  Revistas Descriptivas del Estado de Morelos, Cuernavaca 1885, Presentación por Valentín López González, Cuadernos Históricos Morelenses 1999. Pág. 41
[7] Aragón, Eliseo, Toponimias en lengua náhuatl del Estado de Morelos, Editorial Herrera, México, 1969.


 © Texto Óscar Cortés Palma.   Facebook: https://www.facebook.com/danzadelostecuanes.

miércoles, 11 de febrero de 2015

 El General zapatista de Axochiapan Joaquín Camaños. ¿Héroe o villano?

 Por Óscar Cortés Palma
  
Después de la revolución mexicana el país era un polvorín, sumado a esto, en Axochiapan muchos pobladores estaban molestos con el Cura del pueblo Elpidio Olvera. Exactamente no se sabe la molestia de los pobladores, pero debido al clima hostil en su contra, el Cura decidió retirarse de la iglesia de Axochiapan.


Era el año 1923 el pueblo estaba dividido, unos estaban con el Partido Agrarista y otros con el Partido Cooperativista que dirigía Joaquín Camaños.

  
Después regresó un sábado para preparar la misa del domingo, pero fue interceptado por el Comandante Municipal de Axochiapan el ex zapatista Secundino Onofre, quien iba acompañado de José G. Jalapa y de otros vecinos axochiapenses, quienes a través de engaños le quitaron las llaves de la Iglesia, y solo le dejaron las llaves de su recamara.

Por eso, el Cura se molestó mucho cuando se dio cuenta que la Iglesia había sido cerrada por el Comandante Municipal y ex zapatista Secundino Onofre, José G. Jalapa y sus seguidores.

El Cura inmediatamente fue a quejarse con una organización llamada “Club Cuauhtémoc” que estaba integrada por Jesús G. Enríquez, Hermelindo Enríquez, Cristóbal Sánchez, Raymundo Herrera, Martín Domínguez, Gumesindo Cedillo, Antonio Cedillo.

Estas personas al enterarse del problema sobre las llaves de la iglesia fueron a ver al Presidente Municipal el ex zapatista Félix Corrales para que este apresara a Secundino Onofre y a José G. Jalapa por quitarle las llaves al Cura.

Pero el Presidente Municipal les dijo que él no tenía jurisdicción en los asuntos religiosos de acuerdo al artículo 130 de la Constitución Mexicana, pero que iba a ser todo lo posible para solucionar amistosamente el conflicto.

No obstante no se llegó a un acuerdo, y al día siguiente, era un domingo, al medio día, los integrantes del “Club Cuauhtémoc” Jesús G. Enríquez, Cristóbal Sánchez, Efrén Meléndez, José Cuate, Rodolfo Aguirre, Gonzalo Navarro, Hermelindo Enríquez, y acompañados por el ex General zapatista Joaquín Camaño, se encaminaron envalentonados y armados, a ver al Presidente Municipal de Axochiapan el ex zapatista Félix Corrales, para que presionaran al Comandante Municipal el ex zapatista Secundino Onofre y a José G. Jalapa para que les devolviera las llaves de la Iglesia para oficiar misa y para que los encerrara a ambos por quitarle las llaves al Cura, y ocurrió la balacera.


Los periódicos días después dijeron que:
"La balacera" se debió a diferencias políticas entre los partidarios del Partido Agrarista que apoyaban a nivel nacional al Presidente de la República Álvaro Obregón y a su candidato para sucederle Plutarco Elías Calles, contra una organización llamada "Club Cuauhtémoc" afiliada al Partido Cooperativista, que apoyaba a nivel nacional a Adolfo de la Huerta para presidente de la República, pero Adolfo de la Huerta, temiendo que hubiera fraude, convocó a una rebelión, que  fue derrotada".

Pero regresando a Axochiapan, es claro que lo que provocó la balacera fue   la lucha por el control del municipio.

Pero también es claro que la balacera de Axochiapan tuvo tintes religiosos, ya que el problema se solucionaría hasta el año 1929, cuando finalizó la Guerra Cristera y fue reabierta la Parroquia de Axochiapan. Y el único que fue castigado por la balacera de Axochiapan fue el Cura Elpidio Olvera ya que se fue del pueblo, y todos los demás implicados en la balacera ninguno fue castigado.

 Y aunque no conocemos la versión del Cura, si tenemos la versión de los hechos del Presidente Municipal el ex zapatista Félix Corrales, quien acusaba al Cura de Axochiapan de sembrar "el odio y la discordia". Y mencionó que fue el mediodía del domingo, 2 de septiembre de 1923. Cuando se presentaron Jesús G. Enríquez, Hermelindo Enríquez, Cristóbal Sánchez, Joaquín Camaños y otros partidarios del "Club Cuauhtémoc" a la Presidencia Municipal para que se solucionara el problema de las llaves de la iglesia.

Entonces un grupo de mujeres dirigidas por Estefanía Enríquez entraron a la Presidencia.

Al ver esto el Comandante Municipal el ex zapatista Secundino Onofre, que se encontraba armado en la calle, decidió entrar a la Presidencia municipal, tratando de amedrentar a los demás con su pistola.

Fue entonces cuando la señora Estefanía Enríquez ante la actitud amenazadora del Comandante Municipal de Axochiapan el ex zapatista Secundino Onofre, quien estaba con la mano en la pistola, se paró enfrente y le dijo:

-¿Compadre para que está usted poniendo la mano en el puñal?-
Entonces, el ex General Zapatista Joaquín Camaños, al darse cuenta de eso, le dijo a Secundino Onofre:
-¡Cuando yo pongo la mano es para deveras!-
Al ver esto, el Secretario Municipal se puso enfrente de Joaquín Camaños y de Jesús G. Enríquez gritando:
-¡Suplico señores tengan calma!-

Pero fue en vano, y el ex zapatista Camaños le disparó al Comandante Municipal el ex zapatista Secundino Onofre, y después comenzaron a disparar todos y ocurrió una terrible balacera, en la antigua presidencia municipal murieron: Joaquín Caamaño, Cristóbal Sánchez y Secundino Onofre.

En las calles cercanas murieron Hermelindo Enríquez, Sixto Saldívar (apodado El Cabezón), Domingo Montes y Fabián Vázquez (apodado El Bigotes). Los balazos se escuchaban ya muy entrada la noche.

Y el Presidente Municipal Félix Corrales  tuvo que ir  a caballo a la Estación del Tren para enviar algunos telegramas solicitando al gobierno del estado que trajera a los soldados.

En esa balacera hubo otras 6 personas heridas, entre ellas Jesús G. Enríquez (quien posteriormente fue diputado local del distrito de Jonacatepec). Otro herido fue el ex zapatista Víctor Onofre (hijo del Comandante Municipal Secundino Onofre fallecido en la refriega. Víctor Onofre décadas después sería Comisariado Ejidal, Síndico Municipal, entre otros cargos)
En esa balacera también, estaba presente otro ex zapatista apodado "el pirigüíji" quien resultó ileso.
 A pesar de este trágico suceso el Presidente Municipal Félix Corrales, quien también había sido zapatista, continuó unos años más siendo un político influyente en el municipio y le tocó ser encargado de los primeros censos para la repartición de tierras a los ejidos de Axochiapan en el año de 1927 que benefició a los pobladores del municipio.

El Cura Elpidio Olvera fue retirado de la iglesia de Axochiapan, pero continuó siendo párroco en otros pueblos lejanos durante muchas décadas más, del año 1927 hasta la década de 1960.

Después de esta balacera se cerró la Iglesia de Axochiapan, durante 6 años, de 1923 a 1929. Y los trámites religiosos de los axochiapenses tenían que hacerse en la Iglesia de Jonacatepec. Cuando finalizó la Guerra Cristera, fue reabierta la Iglesia de Axochiapan. 
Sobre el ex General Zapatista Joaquín Camaño, no obstante a su trágica muerte, nació su leyenda y para el año 1935 ya había nombrado a un pueblo del municipio Axochiapan, como: Joaquín Camaños, en su honor.

Años después de este trágico suceso empezó a circular el rumor de que la muerte del General Joaquìn Camaños había sido planeada por el Gobierno del Estado de Morelos y ejecutada por su representante Miguel Carrera Peña en complicidad con el Presidente Municipal y con el Secretario del Ayuntamiento originario del poblado de Zacualpan de Amilpas.

Pero aunque la idea de que fue un “Crimen de estado” es muy probable también es muy probable  que los pobladores hayan inventado este rumor para mantener la unidad interna del pueblo de Axochiapan, culpando del crimen a agentes externos.
Para finalizar debo de mencionar que el General Joaquín Camaños tuvo muchos rivales.

Al grado de que el Ejército Federal Mexicano nunca le reconoció el grado de General zapatista, puesto que Joaquin Camaños, tal vez por falta de tiempo o apatía,  nunca comprobó su participación en combates durante la revolución mexicana, como consta en los  Archivos de la SEDENA.

Además, el General Joaquín Camaños fue acusado por algunos axochiapenses de no participar en combates, de robarse las vías del ferrocarril y al menos un terreno; de robarse algunas mujeres como constan algunas denuncias en el Archivo General de la Nación  y en el Archivo del Estado de Morelos y en otros documentos.
Por lo que no se descarta la idea de que haya sido emboscado por algunos axochiapenses que estaban molestos con él. Esta idea es sostenida, en el hecho de que no hubo ningún castigado por su muerte, y  en el hecho de que muchos de los que participaron en la balacera hayan sido ex zapatistas, como el presidente municipal Félix Corrales y el comandante municipal Secundino Onofre y su hijo Victor Onofre, entre otros... [1]

 © Texto Óscar Cortés Palma.   Facebook: https://www.facebook.com/danzadelostecuanes.
© Fotos:  Gonzalo Díaz Torres 



[1] Valentín López González, Los Compañeros de Zapata. Op.Cit.
AGN: Cuartel General del Sur, Caja 3/ Exp. 117/ fojas 1/ Año 1914
Dirección Gral. de Rentas. (142)/ Edo de México/ Caja 248/ Exp. 12 y  19, años 1856 y 1849.
Elsa Flores Villa. "General Joaquín Camaño. Relato de una emboscada en Axochiapan"  en Crónica Morelense, memoria de ponencias del Primer Encuentro Estatal de Crónica Popular. Instituto de Cultura de Morelos. Tlaquiltenango, Morelos. Julio 1996. Primera edición 1998.