sábado, 21 de febrero de 2015

Axochiapan, en donde Emiliano Zapata inicia la revolución.

Axochiapan, en donde Emiliano Zapata inicia la revolución.

Por Óscar Cortés Palma

En medio de la Feria del Segundo Viernes de Cuaresma en Cuautla, un grupo de personas que habían llegado de Villa de Ayala, platicaba animosamente. Nadie sospechaba que conversaran más allá de lo que suelen platicar los amigos, pero en sí, se traían algo más  entre manos, uno de ellos mencionó:

-Ya tengo el nombramiento, es  hora de que empecemos la Revolución-

Posteriormente, se despidieron y se alejaron, confundiéndose entre la multitud de gente que había en la feria, pero al día siguiente se volvieron a reunir en Villa de Ayala, pero ahora no iban acompañados de más parientes y amigos.

-¡Hoy es el día no hay marcha atrás!-

Efectivamente, al anochecer, estos misteriosos sujetos desarmaron a la policía de la Ciudad de Ayala, y citaron a un mitin en la plaza del pueblo, allí uno de los oradores leyó el Plan de San Luis que convocaba a levantarse en armas, desconociendo al dictador Porfirio Díaz.
Sesenta personas de los asistentes decidieron unirse a los insurrectos y junto con ellos partieron hacia un poblado cercano llamado San Rafael de Zaragoza, en donde los estaba esperando Catarino Perdomo y más aliados.

De allí los campesinos insurrectos continuaron su camino, marchando siempre hacia el sur, animados por Pablo Torres Burgos, quien era el líder visible del grupo, pasaron por las Serranías de Huautla hasta internarse en lo profundo de la sierra, en donde establecieron su campamento, y allí esperaron, una semana, escondidos a que llegaran más refuerzos a sumarse a su guerrilla .

Después de una semana de estar escondidos en la sierra del sur de Huautla, entre los límites de los estados de Morelos y Puebla, los campesinos insurrectos decidieron actuar. Pablo Torres Burgos al mando de sus guerrilleros que ya se habían incrementado a cerca de 150 personas, se dirigieron a San Pablo Hidalgo, poblado cercano a Tlaltizapan. Allí en la casa de un ranchero llamado José Rodríguez, se reunieron el día lunes 20 de marzo de 1911, en esa reunión acuerdan atacar la ciudad de Jojutla y también se suman más campesinos a la causa.

Después de esa reunión Rafael Merino y Emiliano Zapata, al mando de dos partidas guerrilleras realizaron  maniobras distractoras,  Rafael Merino por la región de Jonacatepec y Emiliano Zapata por la región de Jolalpan, era parte del plan, mientras estos distraían a las fuerzas federales Torres Burgos y Gabriel Tepepa se prepararon para caer sobre Jojutla, antes pasaron por  Tlaquiltenango, poblado distante a solo 3 kilómetros de su objetivo, allí no hubo resistencia, y el poblado fue tomado sin utilizar una sola bala, era el día 23 de marzo de 1911 .
La toma de Tlaquiltenango intimidó al gobernador del estado de Morelos, que había llegado un día antes en auxilio de la ciudad de Jojutla con un pequeño ejército de rurales, había menospreciado a los insurrectos y después recapacitó, viendo sus disminuidas fuerzas, decidió retirarse para refugiarse en Cuernavaca.

Mientras tanto los revolucionarios asaltaron la Ciudad de Jojutla, que se encontraba completamente indefensa. Al no haber enemigo que perseguir las fuerzas de Gabriel Tepepa, robaron las tiendas. Pablo Torres Burgos, quien era el comandante en Jefe del movimiento, no estuvo de acuerdo así que malhumorado le dijo a Gabriel Tepepa que pusiera en orden a su gente.

Después llegaron Zapata y Merino, y en presencia de ellos y de los demás, Pablo Torres Burgos renunció al mando del movimiento y se fue enojado porque  no estaba de acuerdo con el desorden  y la anarquía. Los demás observaban como Pablo Torres Burgos se alejaba.

Después de esto los campesinos insurrectos se internaron en las serranías poblanas que se encuentran al sur del estado de Morelos. Asaltaron los poblados que allí se encontraban, Huachinantla, Mitepec, Jolalpan, Tlaucingo, Teotlalco hasta llegar a Axochiapan, Morelos.

Al llegar a cada pueblo, su comportamiento de los revolucionarios era el mismo, buscando armas, caballos, invitaban a la gente a que se fueran con ellos, en estos poblados tan alejados y tan pobres, tan poco poblados, no hubo combates porque no había a quien combatir, no había destacamentos militares en la zona, solo había campesinos, que poco se diferenciaban de los campesinos insurrectos.

Otra  cosa que hacían los rebeldes en esos pueblos, era que solicitaban préstamos para la causa a las personas ricas delos pueblos, también alteraban los Archivos y modificaban los documentos que les parecían oprobiosos, también destruyeron  los telégrafos, para que nadie comunicará sus movimientos y el gobierno no supiera donde estaban y que hacían.

Los lugareños simpatizaban con la revolución en Jolalpan, por eso cuando llegaron los rebeldes, repicaron las campanas de la iglesia, tronaron cohetones, los  recibieron con música de viento, y gritaban vivas. Al notar esto los revolucionarios decidieron establecer su campamento allí en Jolalapan, era un buen lugar porque aparte estaba rodeado de cerros que les brindaba protección.

Y allí eligieron a Emiliano Zapata como general de su improvisado ejército. Firmaron el Acta de nombramiento de Emiliano Zapata como general, catorce coroneles revolucionarios: Rafael Merino, Próculo Capistrán, Margarito Martínez, Catarino Perdomo, Jesús Morales, Francisco Mendoza, Gabriel Tepepa, Catalino Vergara, Juan Sánchez, Amador Acevedo, Emigdio Marmolejo, Jesús Jáuregui, y Maurilio Mejía.

Pablo Torres Burgos había muerto, así que Emiliano Zapata ya era el nuevo jefe con aproximadamente 200 guerrilleros a su mando, ya que en Jolalpan se había unido Franco Pliego con más adeptos, en Huachinantla se había unido Amador Acevedo con dos decenas de partidarios, en Tlaucingo se unió Miguel Cortés con más reclutas.

En sí, en cada pueblo que pasaban se les unían partidarios, después continuaron para Axochiapan, poblado del estado de Morelos, allí también los recibieron como libertadores.
Allí se encontraba, Octavio Paz Solórzano, padre de Octavio Paz, el poeta, y se dio cuenta de que Zapata platicó con el Presidente Municipal y después con el cura del pueblo llamado Prisciliano Espíritu, quien era un cura revolucionario que le regaló un caballo a Zapata, lo aconsejó y le dio su bendición.

Después Zapata  se retiró con sus guerrilleros, pero no se fueron todos, se quedaron un pequeño grupo de revolucionarios comandados por Alejandro Casales, quien provenía de Chietla y era acusado de haber fusilado al Secretario y Presidente Municipal de Tilapa, Puebla.

Así que, cuando los federales entraron a Axochiapan rápidamente lo capturaron, e inmediatamente después lo ahorcaron en un árbol de Mesquite y después lo quemaron.

La noticia pronto llegó a oídos de Zapata, quien se encontraba merodeando en las cercanías. Hasta ese momento Zapata no había participado en ningún combate, pues no es segura su participación en la toma de Jojutla porque lo habían enviado a realizar maniobras distractoras en los alrededores de Jolalpan a Axochiapan, pero en el caso de que si haya participado en esa batalla, participó como subalterno ya que el general en Jefe era Pablo Torres Burgos. 

Es por eso que esta es la primer batalla de Emiliano Zapata, él la planeó, la organizó y la ejecutó. El 29 de marzo de 1911, en la Estación del Ferrocarril de Axochiapan, combatieron los guerrilleros comandados por Emiliano Zapata que ya sumaban algunos cientos de personas, contra los soldados de 18o. Regimiento al mando del Coronel Javier Rojas, finalmente los soldados se replegaron y huyeron, pero en las prisas de su huida, iban dejqando armas y  municiones que reforzaron los pertrechos revolucionarios.



Ese mismo día, Gabriel Tepepa atacaba la Hacienda de Chinameca, y se apropió de armamento y caballos, pero Gabriel Tepepa murió en las siguientes semanas, como también murió Rafael Merino, que sumadas a las muertes de los otros jefes revolucionarios Pablo Torres Burgos y Alejandro Casales, dejaron a Emiliano Zapata como líder indiscutible del movimiento revolucionario que se estaba gestando en Morelos. Es por eso que se puede decir que el General Emiliano Zapata inició su revolución en la Estación del Ferrocarril de Axochiapan, Morelos puesto que allí fue su primer batalla, ya con el grado de general, el soleado día del 29 de marzo de 1911.

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