viernes, 2 de mayo de 2014

El jaguar en la danza mesoamericana
  
Por Óscar Cortés Palma

El jaguar era considerado por los pueblos mesoamericanos como el más feroz y bravo de todos los animales.

“El tigre anda y vive en las sierras y entre las peñas y riscos, y también en el agua. Es noble, y dicen es príncipe y señor de los otros animales. Y es avisado y recatado, y regálase como el gato, y no consiente trabajo alguno. Y tiene asco de ver cosas sucias y hediondas, y tiénese en mucho. Es bajo y corpulento, y tiene la cola larga, y las manos son gruesas y anchas, y tiene el pescuezo grueso. Tiene la cabeza grande; las orejas son pequeñas; el hocico, grueso, carnoso y corto, y de color prieto; y la nariz tiene grasienta; y tiene la cara ancha y los ojos relucientes como brasa; los colmillos son grandes y gruesos: los dientes menudos, chicos y agudos; las muelas anchas de encima; y la boca muy ancha. Y tiene uñas largas y agudas. Tiene pescuños en los brazos y en las piernas, y tiene el pecho blanco; tiene el lomo lezne. Y como crece se va manchando, y crécenle las uñas, y agarra; crécenle los dientes y las muelas y los colmillos. Y regaña y muerde y arranca con los dientes, y corta. Gruñe, y brama sonando como trompeta es de muy larga vista; al ver un cazador no huye, sino hipa y con su hipo le desmaya; éste le lanza la primera flecha y el tigre la toma con su mano y la hace pedazos con los dientes, no pueden lanzársele más de cuatro saetas. Da un salto como volando, mata al cazador, lo come, Si el tigre destruye la primera saeta, se le engaña poniendo en la segunda una hoja para herirlo. Muere sin cerrar los ojos, parece vivo”.[1] 

El siglo XVI fray Diego Durán mencionaba que los pobladores nativos se disfrazaban en sus danzas de aves, tigres, cazadores, perros y salvajes, estos mismos disfraces se utilizan en la danza del Tecuan tipo Coatetelco.

" Bailaban los antiguos mexicanos con la solemnidad y fiesta; vistiéndose unas veces como águilas, otras como tigres y leones, otras, como soldados, otras como huastecos, otras como cazadores, otras veces como salvajes y como monos y perros y otros mil disfraces”.[2] 


EL dominico inglés Thomas Gage, quien presenció muchos ritos indígenas en Guatemala por el año de 1630, mencionaba:

“Tienen otra danza muy usual, que es una especie de caza de un animal feroz que ofrecen al santo. Antiguamente, en la época de su infidelidad, era sacrificado a sus dioses. Esta danza tiene gran variedad de tonadas, con un pequeño tepanabaz y con muchos carapachos de tortuga, o en su lugar ollas cubiertas de cuero las cuales tocan como el tepanabaz al sonido de las flautas. En esta danza usan de mucho griterío y ruido y llamadas unos a otros, y el diálogo es como el de una obra dramática: unos tratan de un asunto y otros de la fiera que andan cazando. Los danzantes visten de animales con cueros pintados de leones, tigres, lobos y en la cabeza llevan tocados que representan la cabeza de dichos animales. Y otros traen cabezas pintadas de águilas o aves de rapiña y en las manos cargan garrotes, picas, espadas y hachas con las que amenazan matar a la fiera que cazan”.[3] 




[1] Bernardino de Sahagún, (1999). Historia General de las cosas de la Nueva España. "Colección sepan cuantos...". Editorial Porrúa. México, D.F.
[2] Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra Firme. Ed. A. M. Garibay. 2 vols., México, Editorial Porrúa,  1967.
[3] Thomas Gage, The English American: A New Survey 01 the West  lndies, 1648. London. George Routledge and Sons. 1946.

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